Monday, March 30, 2020

Comentario del Santo Evangelio de san Juan para: 30-3-20

Comentario al Evangelio de hoy 

CR
Queridos amigos:
¿Se puede saber para qué escribió Juan el cuarto evangelio? (Si viniera un estudioso de la obra de Juan le trataría a uno de indocumentado, pero nosotros ya nos entendemos, y no vamos a estar hablando del redactor final o de qué sé yo cuántas manos que intervinieron/interfirieron en la aparición de la criatura.) Para enterarnos de los objetivos de muchos escritos nos resultan particularmente útiles los prólogos y los epílogos. Justo el cuarto evangelio tiene un epílogo en el capítulo 20 donde declara sin ambages: “Jesús realizó... otros muchos signos que no están escritos en este libro. Éstos lo han sido para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre” (Jn 20,30-31). 
Es bueno recordar ese epílogo, pues a lo largo de estas dos semanas finales de la cuaresma nos guiará el evangelio de Juan. Si en nosotros se cumple en alguna proporción el objetivo del autor, podremos afirmar que su escrito sigue siendo un evangelio vivo y de largo alcance. Además, para que sepamos de qué va el asunto de la fe y cómo se puede creer acerca de Jesús lo que desea el evangelista, se nos narra en su obra un buen puñado de historias de fe.
Hoy, aparte de mencionarse la primera (los discípulos de Jesús creen en él tras el signo de Caná), se nos cuenta otra historia que también tiene un "final teologalmente feliz": el funcionario real cree junto con toda su familia. Esta historia de la fe viene precedida y preparada por otro desenlace feliz: el niño de la casa del funcionario, una criatura ya a punto de malograrse, prematuramente hechizada por la sonrisa de la muerte, se había zafado de la fiebre la víspera a la hora séptima. Y a este desenlace lo precede la palabra de Jesús y una primera diligencia de fe de aquel hombre, que se fía de esa palabra. (En realidad, ya había habido unas diligencias previas: cierto asomo de esperanza en que Jesús realizara un signo como en Caná y la búsqueda del maestro para que interviniera también en su propio caso. Pero es ahora cuando vemos al régulo ejercitando la fe.) Acto seguido, le llega una buena noticia y cumple una segunda diligencia. (Ah, no!, nada de grandes cavilaciones, sólo una rápida y sencilla comprobación horaria. La diligencia final la hace con toda la casa: la madre, el niño, los criados. Es, para él, una fase nueva de la fe. Se dice escuetamente que creyó, sin más especificaciones. Pero basta para darnos cuenta de que ha hecho un itinerario: ha ido de fe en fe, y la segunda y última ha sido una fe a coro.
Sí, sin duda, “dichosos los que sin ver creyeron”. Pero dichosos también los que vieron “los signos” y creyeron. ¿Cuáles son los signos que nos ayudan a creer? ¿Cómo consolidan nuestra fe? ¿Cómo hacen de balizas en nuestro camino en medio de la noche?

Tuesday, March 24, 2020

EL MISTERIO DE NUESTRA RECONCILIACIÓN - De las Cartas de san León Magno, papa

SEGUNDA LECTURA

De las Cartas de san León Magno, papa
(Carta 28, a Flaviano, 3-4: PL 54, 763-767)

EL MISTERIO DE NUESTRA RECONCILIACIÓN

La majestad asume la humildad, el poder la debilidad, la eternidad la mortalidad; y, para saldar la deuda contraída por nuestra condición pecadora, la naturaleza invulnerable se une a la naturaleza pasible; de este modo, tal como convenía para nuestro remedio, el único y mismo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también él, pudo ser a la vez mortal e inmortal, por la conjunción en él de esta doble condición.

El que es Dios verdadero nace como hombre verdadero, sin que falte nada a la integridad de su naturaleza humana, conservando la totalidad de la esencia que le es propia y asumiendo la totalidad de nuestra esencia humana. Y, al decir nuestra esencia humana, nos referimos a la que fue plasmada en nosotros por el Creador, y que él asume para restaurarla.

Esta naturaleza nuestra quedó viciada cuando el hombre se dejó engañar por el maligno, pero ningún vestigio de este vicio original hallamos en la naturaleza asumida por el Salvador. Él, en efecto, aunque hizo suya nuestra misma debilidad, no por esto se hizo partícipe de nuestros pecados.

Tomó la condición de esclavo, pero libre de la sordidez del pecado, ennobleciendo nuestra humanidad sin mermar su divinidad, porque aquel anonadamiento suyo -por el cual, él, que era invisible, se hizo visible, y él, que es el Creador y Señor de todas las cosas, quiso ser uno más entre los mortales- fue una dignación de su misericordia, no una falta de poder. Por tanto, el mismo que, permaneciendo en su condición divina, hizo al hombre es el mismo que se hace él mismo hombre, tomando la condición de esclavo.

Y, así, el Hijo de Dios hace su entrada en la bajeza de este mundo, bajando desde el trono celestial, sin dejar la gloria que tiene junto al Padre, siendo engendrado en un nuevo orden de cosas.

En un nuevo orden de cosas, porque el que era invisible por su naturaleza se hace visible en la nuestra, el que era inaccesible a nuestra mente quiso hacerse accesible, el que existía antes del tiempo empezó a existir en el tiempo, el Señor de todo el universo, velando la inmensidad de su majestad, asume la condición de esclavo, el Dios impasible e inmortal se digna hacerse hombre pasible y sujeto a las leyes de la muerte.

El mismo que es Dios verdadero es también hombre verdadero, y en él, con toda verdad, se unen la pequeñez del hombre y la grandeza de Dios.

Ni Dios sufre cambio alguno con esta dignación de su piedad, ni el hombre queda destruido al ser elevado a esta dignidad. Cada una de las dos naturalezas realiza sus actos propios en comunión con la otra, a saber, la Palabra realiza lo que es propio de la Palabra, y la carne lo que es propio de la carne.

En cuanto que es la Palabra, brilla por sus milagros; en cuanto que es carne, sucumbe a las injurias. Y así como la Palabra retiene su gloria igual al Padre, así también su carne conserva la naturaleza propia de nuestra raza.

La misma y única persona, no nos cansaremos de repetirlo, es verdaderamente Hijo de Dios y verdaderamente hijo del hombre. Es Dios, porque ya al comienzo de las cosas existía la Palabra, y la Palabra estaba con Dios y la Palabra era Dios; es hombre, porque la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros.

RESPONSORIO Cf. Lc 1, 31. 42

R. Recibe la palabra, Virgen María, que el Señor te anuncia por medio del ángel: concebirás y darás a luz al Dios hecho hombre, * para que te llamen bendita entre las mujeres.
V. Darás a luz un hijo sin perder tu virginidad, concebirás en tu seno y serás madre siempre intacta.
R. Para que te llamen bendita entre las mujeres.

Himno: SEÑOR, DIOS ETERNO


Friday, March 20, 2020

La cuarentena de Isaac Newton - por Jeff Jacoby

La cuarentena de Isaac Newton

La cuarentena de Isaac Newton
Mientras la peste bubónica arrasaba, Newton, aislado, se embarcó en lo que después describió como el período intelectual más productivo de su vida.

En la víspera de Navidad de 1664, un residente de Londres llamado Goodwoman Phillips fue encontrado muerto en el distrito de St. Giles in the Fields. Las señales en su cuerpo ⁠—los ganglios linfáticos inflamados⁠— no dejaban duda respecto a la causa de la muerte. Sellaron su casa y en la puerta escribieron en rojo las palabras “Que Dios se apiade de nosotros”. Phillips murió de la peste bubónica.
Durante los meses siguientes sólo se reportaron unas pocas muertes más a causa de la peste. Pero en abril, los números comenzaron a incrementar rápidamente. Cuando llegó el verano, la muerte rondaba por todas partes. Los registros de mediados de julio cuentan 2.010 muertes entre todas las parroquias de Londres. La cifra de muertos una semana más tarde saltó a 7.496. En un período de 18 meses, la Gran Plaga de Londres, como llamaron a la epidemia, cobró más de 100.000 vidas, casi la cuarta parte de la población de la ciudad.
En ese momento, como ahora, el distanciamiento social era una respuesta importante ante el brote mortal. Los residentes de la ciudad que podían solventarlo huyeron hacia el campo. Entre las instituciones que cerraron se encontró la Universidad de Cambridge, y entre los estudiantes que regresaron a sus hogares para lo que hoy llamamos una "cuarentena", estaba un estudiante de matemáticas de 23 años llamado Isaac Newton.
Durante el siguiente año y medio, Newton permaneció en la granja de su familia en Lincolnshire, leyendo, estudiando y pensando solo. Mientras la peste bubónica arrasaba por todas partes, Newton, aislado, se embarcó en lo que después describió como el período intelectual más productivo de su vida.
Un tema que siempre le había interesado a Newton era la luz y el color. Dos años antes, al visitar la feria anual de Sturbridge cerca de la universidad, había comprado un pequeño prisma. Él se había fascinado con la manera en que el prisma parecía cambiar la luz blanca en un espectro de colores similar al arcoíris. Nadie entendía de dónde salían esos colores. Una teoría era que el vidrio de alguna manera agregaba color a la luz que sin él era incolora.
Newton decidió usar su ausencia forzada en Cambridge para tratar de develar el misterio. Colocando el prisma en diferentes posiciones mientras el sol entraba por su ventana orientada al sur, él prestó atención dónde aparecían los colores sobre la pared al otro lado de la habitación. Lentamente llegó a comprender que el prisma refractaba, es decir doblaba, la luz del sol y en el proceso revelaba los colores que la componían. Newton había descubierto que la luz blanca es una mezcla de todos los colores del arcoíris, pero que esos colores se vuelven visibles sólo cuando los rayos de luz son refractados a diferentes ángulos.
Toda la óptica moderna se construye sobre el descubrimiento de Newton. Pasaron otros siete años antes de que comunicara a alguien sus descubrimientos, y transcurrieron casi otros 40 años hasta que los publicó. Pero las ideas innovadoras datan de esos meses de cuarentena en una granja en Lincolnshire.
Eso no era lo único que ocupaba la mente de Lincoln. Él dedicó su atención al movimiento y la inercia, y lo que en ese momento era el problema no resuelto de cómo medir el cambio de velocidad y dirección de un objeto en vuelo. Si se arroja una flecha o se dispara una bala de cañón, ellas suben, luego gradualmente disminuye su velocidad y finalmente cambian de dirección y caen. ¿Pero qué es lo que determina su velocidad y su dirección? Este era un misterio que nadie había logrado resolver, hasta que Newton focalizó su atención en el tema del movimiento y cómo es gobernado. Gradualmente logró encontrar las tres leyes esenciales que permiten comprender el movimiento:
  • Un cuerpo en reposo continúa en reposo y un cuerpo en movimiento continúa en movimiento, a menos que se le aplique una fuerza externa.
  • La aceleración que adquiere un cuerpo es proporcional a la fuerza aplicada, y la constante de proporcionalidad es la masa del cuerpo. En notación matemática: F=ma.
  • A cada acción siempre se opone una reacción igual pero de sentido contrario
Las leyes de Newton fijaron las cimientos para la mecánica clásica, y sobre ellas generaciones de físicos construyeron grandes edificios. La matemática necesaria para derivar estas leyes (que involucraban múltiples variables con continuos cambios de cantidades) no existía en los días de Newton. Por eso él inventó una disciplina matemática completamente nueva. Él la llamó su “método de fluxiones”, aunque eventualmente fue conocido como cálculo diferencial. (De forma independiente también lo desarrolló más tarde el erudito alemán Gottfried Leibniz). Sin el cálculo, la matemática moderna, la ingeniería y la estadística serían imposibles.
Cualquiera de estos logros ya habría asegurado la fama de Newton. Pero la elevación que logró durante sus meses de aislamiento fue todavía mayor.
Un día estaba en el jardín y cayó una manzana (o por lo menos eso fue lo que recordó cuando era anciano, décadas más tarde). El joven estudiante universitario reflexionó sobre la fuerza que atrajo a esa manzana hacia la tierra. Era una fuerza que parecía operar incluso a grandes distancias: inclusive una manzana que cayera del árbol más alto que se pueda imaginar, seguiría llegando al suelo. ¿A qué distancia llegaba esta fuerza? Quizás hasta la luna. Sin embargo la luna no cae a la tierra sino que gira a su alrededor. ¿Por qué?
Una página de las anotaciones de Isaac Newton sobre la luz y el color, escrita durante su annus mirabilis en 1665-66.
El problema del movimiento celestial era conflictivo para los intelectuales de la ápoca de Newton. Ellos podían imaginar un globo oscilando en una cadena, girando constantemente, sostenido en una órbita estable por la fuerza centrípeta. Sin embargo, si se corta la cadena y deja de girar, el globo vuela en línea recta. Pero los cuerpos celestiales no salen volando en línea recta. Aunque no están atados con cadenas, se mueven en órbitas fijas. ¿Cómo es posible?
Al estar solo en Lincolnshire, Newton resolvió el problema: él descubrió la ley de gravedad. La misma fuerza que atrae una manzana hacia la tierra es la que mantiene a los planetas distantes en sus órbitas. Esa era la cadena que unía la luna a la tierra y a los planetas al sol. La gravedad no se puede ver ni tocar, pero se la puede probar de forma matemática. Newton llenó muchas páginas con sus cálculos y eventualmente llegó a la fórmula que él afirmó “permite explicar el sistema del mundo”.
Durante casi 20 años Newton no le contó a nadie su descubrimiento. Cuando finalmente publicó su grandioso tratado sobre el movimiento y la gravedad, llamado en latín Philosophiae Naturalis Principia Mathematica (Principios matemáticos de la Filosofía natural), el efecto fue sísmico. En las palabras de Alan Charles Kors, profesor de historia de la Universidad de Pensilvania, los descubrimientos de Newton son “una de las más extraordinarias síntesis científicas en la historia de la mente humana”.
En general se considera que el Principia es uno de los libros más importantes en la historia de la ciencia. Su obra sacudió a la civilización occidental, porque demostró como ninguna obra previa que el universo tiene leyes, es lógico y cognoscible. Para los habitantes profundamente piadosos de Europa, eso significaba que los meros mortales podían percibir el plano mismo de la creación. Estudiar el mundo de forma empírica, entender su funcionamiento, era acercarse a la mente de Dios más de lo que alguna vez pensamos que era posible. Lo que Newton entendió durante los meses de la plaga que lo mantuvo en su hogar, impuso al mundo un orden matemático que cerró para siempre la puerta a la era de la magia y abrió el camino a algo mucho más maravilloso: el triunfo de la ciencia moderna. Ese período increíblemente fructífero de “distanciamiento social” se conoce como el annus mirabilis (el año de los milagros) de Newton.
A diferencia de tantos que murieron durante la Gran Plaga en Londres, Newton vivió muchos años. Cuando murió en 1727 tenía 84 años y lo enterraron con grandes honores.
Pero su epitafio más famoso fue la copla que escribió el poeta inglés Alexander Pope:
La naturaleza y sus leyes yacían ocultas en la noche;
Dios dijo: “Que sea Newton” y todo se hizo luz.

Este artículo apareció originalmente en Arguable, el e-mail de Jeff Jacoby, producido por el Boston Globe.


Wednesday, March 18, 2020

sobre el Coronavirus - Rav Itzjak Berkovits en AishLatino.com

Rav Itzjak Berkovits sobre el Coronavirus

Rav Itzjak Berkovits sobre el Coronavirus
Esta es la transcripción de una clase que Rav Itzjak Berkovits, Rosh Ieshivá de Aish HaTorá, impartió online a rabinos de Aish de todo el mundo.

Siempre hubo epidemias. Antes el mundo era muy simple. Aunque las enfermedades se dispersaban —en comparación con lo que ocurre en la actualidad— estaban confinadas. Tenemos que enfrentarlo, entre la tecnología y los viajes, el mundo se volvió muy pequeño. Lo que comenzó con un solo individuo en algún rincón de China, terminó colapsando a todo el mundo. Esto definitivamente es el resultado de que el mundo haya avanzado tanto.
No somos neviim, 'profetas', pero es difícil no darse cuenta que la humanidad se sentía demasiado en control y que toda esta situación es una lección de humildad. La gente se asusta sobre todo porque no está acostumbrada a esto. Llegamos a sentirnos muy seguros porque teníamos demasiado control sobre todo. La medicina moderna llegó muy lejos. Es una lección de humildad. Leer lo que los médicos dicen puede ser una lección de humildad.
Algunos son honestos y dicen: “Realmente no lo entendemos. Nunca antes nos enfrentamos con este virus”.
Pero otros tienen un doble discurso. ¿Cuánto tiempo vive este virus? “Hmmm, entre 4 y 20 horas. Tal vez un par de días”. En otras palabras: “no lo sabemos”. ¿[La pandemia] va a continuar en el verano? Nadie lo sabe. ¿Cuán lejos estamos de encontrar una vacuna? Nadie lo sabe. ¿Una cura? No es tan fácil curar los virus. No lo sabemos. ¿Por qué cuando tantas personas se ven expuestas, sólo algunas resultan afectadas y no otras? Nadie lo sabe. Todo es un misterio.
Es una lección de humildad. Humillados porque esta partícula microscópica ha colapsado a todo el mundo. El sentido de "seguridad personal" desapareció. Miren lo que ocurre económicamente. Nuestros estilos de vida están cambiando por completo. El miedo es real.
Lo primero que tenemos que hacer es reconocer que nosotros no dirigimos el mundo. Para quienes entienden que existe la Providencia Divina, esto nos recuerda que Dios nos dio mucha sabiduría, pero que queda mucho que no sabemos y hay mucho que está fuera de nuestro control. En definitiva, si reconocemos que Él nos ama y confiamos en Él, estaremos bien. Todo lo que Él hace es lo mejor para nosotros, aunque no podamos entenderlo. Estaremos en un lugar mucho mejor.
Lo primero es reconocer que nosotros no dirigimos el mundo. No lo sabemos todo. Hay Alguien más grande que todos nosotros. Y con la partícula más pequeña, Él puede cambiar la situación de toda la humanidad.
Pero me gustaría hablar de otros aspectos. La gente entró en pánico. En general, la mayoría de los seres humanos no están verdaderamente en peligro. Enfrentémoslo. Para la mayoría de las personas, incluso si se infectan, que Dios no lo permita, no será nada más que una gripe desagradable. Para quienes tienen problemas de inmunidad, incluyendo a los ancianos, es un verdadero problema. Pero no para la mayoría… Entonces, ¿qué es lo que ocurre? Tenemos una responsabilidad por todos los demás. Tenemos una responsabilidad para con los más vulnerables. Tenemos una responsabilidad con los que tienen problemas de inmunidad. Por lo tanto, todas las medidas que se toman no son para nuestro propio beneficio, sino para el beneficio de los demás. Para no poner en peligro las vidas de los demás.
Por cierto, para que no lleguemos a proporciones en las que las instalaciones médicas no puedan responder a las necesidades. Lo que significa que tenemos que entender que todas las precauciones que estamos tomando no se deben a que estamos demasiado asustados, sino a que tenemos un sentido de responsabilidad, porque nos preocupa el resto de la humanidad. Nos preocupamos por todos los demás.
Tienen que sentirlo. Tienen que tomar las cosas en serio, cualquier decisión que se tome localmente hay que respetarla. Yo estoy en Israel. Israel es un país relativamente pequeño. El argumento es que con medidas extremas, se lo puede contener, al punto que piensan que pueden liberar al país del virus. Por eso las medidas son extremas. Todo está muy confuso, cerraron casi todo.
Norteamérica es demasiado grande. El tema es disminuir el ritmo, para que cuando la gente se enferme haya atención médica disponible para quienes la necesiten. Cada lugar, cada ciudad, tiene sus propias leyes y reglas. Asegúrate de vivir de acuerdo con ellas. Toma esto en serio, pero no porque tengas miedo de que vaya a pasarte algo.
La gente está en pánico. Para la mayoría de las personas es totalmente innecesario. Hablamos de una gripe fuerte; es incómodo e inconveniente. Pero tenemos un sentido de responsabilidad por todos los demás. Presten atención que soy cuidadoso para no llegar a transmitir algo, que Dios no lo permita, que pueda eventualmente poner en peligro alguna vida. En verdad, en lo que tenemos que ocupar nuestra mente es en los sentimientos de los demás. El sentido de responsabilidad y los sentimientos de los demás. Esto es algo maravilloso para enfocarse. Y una vez que ya estás allí, sería una idea genial revisar algunas de tus viejas relaciones, aquellas que terminaron, Las personas que tachaste, las personas que en tu mente son problemáticas, y tal vez comenzar a pensar sobre ellas de una forma más constructiva.
En un momento de peligro la gente está un poco más abierta a escuchar cosas que antes no querían escuchar. Pienso que en nuestras mentes, debemos trabajar sobre algunas de las relaciones que no funcionaron, algunas de las personas que no nos agradan, y volver a pensarlo. Las personas que piensas que te hicieron daño. Volvamos a pensarlo. Creo que esa es una gran idea.
Pero en general, la idea es ser cuidadosos. Lavarse las manos, tener cuidado de no saludar dando la mano. Cuando estás afuera, cuando tocas cosas que otros tocaron, asegurarte de no tocar tu rostro. La razón para hacerlo es porque no quieres dañar a nadie más, porque no quieres poner en peligro a las personas más vulnerables.
Esta debe ser la perspectiva. No pánico ni inseguridad personal, sino un fuerte sentido de responsabilidad. Por cierto, seguir las reglas. Puede que no sea una mala idea pensar en ir más allá de algunas de las reglas y mirar un poco hacia el futuro. Todavía no en todas partes adoptaron las medidas que realmente son necesarias, y puede ser que tú desees hacerlo. En lo que respecta a reuniones públicas o dar clases a muchas personas, hoy se pueden dar clases en línea. No hay ninguna razón por la que debas ir y poner a alguien en peligro. Yo creo que realmente esta debe ser la perspectiva.
Para resumir. En primer lugar, recordar que nosotros no dirigimos el mundo. Allí arriba hay Alguien más grande que nosotros. A pesar o quizás precisamente porque hemos avanzado tanto, esto ha causado demasiados problemas, el virus se dispersó tan rápido por todo el mundo que causó un daño que nunca hubiera podido tener lugar en generaciones previas. Reconocer que Dios nos mostró cómo un ser microscópico puede sacar todo de control. Tenemos que aprender a confiar en Él y saber que Él nos ama.
Segundo, reconocer que no eres tú el que está en peligro. Son los demás. No entrar en pánico porque temes lo que pueda ocurrirte, sino moverse con un gran sentido de responsabilidad.
Para concluir, hay un mandamiento de la Torá de rezar en épocas de problemas y necesidad. La gente busca una poción mágica. ¿Qué puedo decir para salvarme? Hay muchas cosas dando vuelta. Nosotros no nos dedicamos a la magia. Tenemos un mandamiento de la Torá de hablar con nuestro Creador, Él quiere escucharnos. Él es la dirección a la que hay que acudir. Tenemos que dejarlo saber que nos preocupa la humanidad, nos duele, suplicarle que vuelva a unir las piezas. Que ponga un fin a esta amenaza y a la confusión en la que se encuentra toda la civilización.
Todos deberían estar rezando. Una plegaria puede ser con tus propias palabras. De hecho, probablemente es más efectiva cuando dices lo que piensas y piensas lo que dices.
Que Dios escuche todas nuestras plegarias y que esto tenga un final feliz. Que un día podamos descubrir que en verdad todo fue para nuestro beneficio y que Él nos ama. Entonces, esperemos que en un futuro no muy lejano, este mundo será un lugar mucho mejor para vivir. Que todos tengan mucha salud.

Esta es la transcripción de una clase que Rav Itzjak Berkovits, Rosh Ieshivá de Aish HaTorá, impartió online a rabinos de Aish de todo el mundo.


Reflexión dia miercoles, 18 de marzo de 2020 - Severiano Blanco, cmf

Comentario al Evangelio de hoy 

Severiano Blanco, cmf
Queridos hermanos:
Cuando Israel regresa del exilio babilónico, se encuentra con que su tierra está en buena medida habitada por paganos, como lo estaba cuando sus antepasados llegaron de Egipto. Y las advertencias supuestamente del tiempo del Éxodo sirven igual para la nueva situación: El Deuteronomio exhorta a no contaminarse con la idolatría del nuevo lugar geográfico, a no sucumbir al riesgo de una excesiva acomodación, hoy diríamos “inculturación”, que a veces es un ponerse a la moda o identificarse acríticamente con el nuevo medio sociológico. Esto sucedió frecuentemente en la Europa de los años 50-60: el desplazamiento desde los pueblos a las grandes ciudades industriales, o a otros países con mejores perspectivas económicas; ¡cuántos hasta entonces practicantes dejaron rápidamente de serlo! Pensaron que era preciso “modernizarse”, sin molestarse en distinguir valores y contravalores. Tal vez la religiosidad vivida hasta entonces, que tan rápida y fácilmente se esfumó, era más de barniz que de convicciones profundas. Eso la catequesis actual, tanto de niños como de adultos, debiera tenerlo en cuenta; y cada uno debemos también preguntarnos hasta dónde cala en nosotros lo religioso.
En España, y quizá en algunos otros países, se ha dado posteriormente otra acomodación acrítica, la de la política: “¿cómo voy a seguir yendo a la Iglesia si me he afiliado a tal partido, y hasta me he presentado para concejal?” Es muy oportuna la advertencia bíblica: “cuidado con olvidar los sucesos que vieron tus ojos”.
Jesús desconcertó a muchos de sus contemporáneos (eso explica su final). Algunos le vieron “demasiado de manga ancha” en lo referente al descanso sabático, o en la interpretación de otras prescripciones legales, algunas un tanto ridículas: estaba permitido arrancar espigas en sábado, pero no desgranarlas… Jesús fue crítico con tales minucias, pero no fue un esnobista frívolo: miró hacia el fondo de las cosas, no a la superficie, y subrayó lo que podía responder a la Alianza y lo que no. Sus innovaciones mostraban su búsqueda apasionada de la voluntad del Padre en profundidad. No se inquietó por lo “novedoso” ni por lo “desfasado”, sino por lo auténtico. A algunos superficiales les pareció un ácrata; no percibieron a tiempo que pretendía purificar, además de los miembros físicos, los sentimientos del corazón y enderezar hasta las intenciones que pueden enturbiar una mirada.
Para Jesús ningún detalle era despreciable; no le iba lo de brocha gorda o trazo grueso, sino el pincel fino, el detalle que perfecciona la obra de arte, hasta “el mandamiento más pequeño”, hasta “la última tilde de la ley”. Lo que estaba en juego era el respeto a Dios y la perfección humana, y en esos campos nada da lo mismo.
Vuestro hermano
Severiano Blanco cmf

Monday, March 16, 2020

Dios y el Coronavirus - por Rav Benamin Blech

Dios y el Coronavirus

Dios y el Coronavirus
¿Cuál puede ser el significado de un virus que obliga a millones a mantenerse en un estado de cuarentena y reclusión?

El COVID-19 ya es oficialmente una pandemia global. De repente, hemos sido golpeados por una plaga de severidad bíblica.
En Pésaj recordamos las 10 plagas que Dios envió contra los egipcios. Con la ayuda de la Torá, conocemos el propósito detrás de esas aflicciones que azotaron a un pueblo. Dios tenía un plan. El sufrimiento de los egipcios tenía significado. Lo que hace particularmente insoportable nuestra angustia contemporánea es que aparentemente es "incomprensible".
En la era de los profetas, ellos se hubieran esforzado por discernir algún mensaje divino en esta tragedia global. Pero hoy asumimos que el conocimiento científico excluye la posibilidad de incluir a Dios como "parte de la ecuación" en la dirección del universo. Al final de cuentas, quién puede discutir con Louis Pasteur y Robert Koch, quienes a finales del siglo XIX probaron la teoría microbiana de las enfermedades infecciosas: que la verdadera causa de las enfermedades son seres patógenos demasiado pequeños como para ser vistos sin un microscopio. Los villanos son los gérmenes y los virus son la única razón de la presencia de enfermedades que determinan si viviremos o moriremos.
Me atrevo a preguntar: ¿Acaso la creencia en Dios no exige que combinemos la teoría microbiana de las enfermedades infecciosas con la convicción de la fe en un Ser Supremo que de hecho decide dónde, cuándo y cómo se dispersan los virus?
Cuando los médicos nos dicen que debemos lavarnos las manos, la ley de la Torá requiere que lo hagamos.

Por favor, entiendan exactamente lo que digo. Maimónides hace mucho dejó claro que nuestra obligación es asegurar nuestra buena salud. No podemos simplemente confiar en Dios. Dios nos hizo sus "socios" en nuestra búsqueda de la longevidad. La higiene es una mitzvá; una obligación. Cuidar nuestros cuerpos es un requerimiento espiritual similar a proteger nuestras almas. Cuando los médicos nos dicen que debemos lavarnos las manos, la ley de la Torá requiere que lo hagamos.
Pero la decisión final sobre la vida y la muerte sigue en manos de Dios, como queda claro cada año en Rosh HaShaná y Iom Kipur, cuando se sella nuestro destino.
Por eso me sorprende que entre las innumerables sugerencias respecto a cómo contrarrestar y superar el COVID-19 oigamos tan poco la palabra 'Dios' y la posibilidad de que esta pandemia global traiga con ella un profundo mensaje divino.
Obviamente no soy un profeta, pero hay una idea que creo que vale la pena considerar. Todo padre sabe que una de las respuestas más obvias cuando un hijo se porta mal es lo que comúnmente se conoce como time-out o 'tiempo fuera'. Se restringe al niño para que no pueda disfrutar de actividades placenteras. El niño ve interrumpida su vida normal. Eso lo alienta a reflexionar sobre su desobediencia. ¿Es demasiado considerar que cuando nuestro mundo cae cada vez más abajo en nuestro compromiso con la virtud, que Dios responda con un virus que obligó a millones a un 'tiempo fuera' de cuarentena y reclusión?
Los 10 mandamientos son la fuente bíblica del más básico sistema de comportamiento ético y moral. Ellos representan la primordial justificación para nuestra existencia sobre la tierra. Los comentaristas señalan un número extraordinario. En el hebreo original —el lenguaje en el cual Dios inscribió los mandamientos en las dos Tablas— hay exactamente 620 letras.
Puede parecer que 620 es un número sin ningún significado teológico particular. Hubiera sido perfecto y fácilmente comprensible si en los 10 mandamientos hubiera exactamente 613 letras. Esa es la cantidad de mitzvot que la Torá dio al pueblo judío. Los 10 mandamientos son los principios inherentes a toda ley judía. ¿Pero cuál es el significado de las 620 letras? Los sabios explican que si bien el número de las mitzvot para los judíos es 613, el número siete representa las leyes universales que comúnmente se conocen como las 'Siete leyes de los descendientes de Nóaj', las cuales son requeridas como un mínimo para toda la humanidad. Por lo tanto, 620 es la suma de 613 y 7, la totalidad de la guía divina, tanto para los judíos como para el resto del mundo.

El kéter, la corona, es el símbolo más poderoso de nuestra conexión con Dios.
Pero esto no termina allí. El valor numérico o la guematria de la palabra hebrea kéter, que significa 'corona' (así como en coronavirus), es 620. Encima de cada Rollo de la Torá se coloca un kéter, una 'corona'. El simbolismo es obvio. La corona sobre la Torá demuestra la relación de los 10 mandamientos con el resto de la Torá. De esos 10 mandamientos (que en número de sus letras equivalen a 620) tenemos los principios que subsecuentemente encontraron expresión en toda la Torá.
El kéter, la 'corona', es el símbolo más poderoso de nuestra conexión con Dios.
Quizás necesitamos considerar la aflicción actual del mundo no sólo en el contexto de una enfermedad causada por agentes patógenos, sino como un mensaje divino para recordarnos que recibimos nuestras vidas para investirlas con significado y virtudes, tal como Dios lo definió en los 10 mandamientos.
 


Friday, March 13, 2020

Comentario al Evangelio de hoy viernes, 13 de marzo de 2020 - CR EN Ciudad Redonda

Comentario al Evangelio de hoy 

CR
¿Qué nos puede decir hoy a nosotros esta parábola de la viña? Esta dura parábola nació como expresión del agudo conflicto al que había llegado Jesús con los dirigentes de su pueblo. Es como si Jesús viera cercana su muerte hacia la cual lo llevaba la violencia que se apoderó del corazón de los dirigentes de su pueblo. La oferta de Jesús de una sociedad fraterna, solidaria, igualitaria chocaba con los intereses del sistema.
¿Qué ha sucedido? Los líderes de Israel no han cultivado la viña, preparándola para el Mesías. Se han apropiado del pueblo y deciden la muerte de Jesús porque les arrebata el control sobre la gente sencilla. El heredero es asesinado fuera de la viña, como Jesús a las afueras de Jerusalén.
Esta parábola tiene una gran importancia en el conjunto del evangelio. Mateo ha subrayado que al principio la buena noticia se dirige sólo a Israel, para comunicarle que ha llegado el momento de anunciar la salvación a todas las naciones. Pero como el pueblo de la Promesa rechaza esa invitación, Jesús congregará en torno a los doce Apóstoles un nuevo Israel que dé frutos mejores y anuncie a todos los pueblos la salvación.

Hasta aquí podríamos pensar que se trata de una situación que nos desborda, que la parábola es para juzgar aquella época antigua y a sus dirigentes religiosos.
También hoy nos puede acechar la tentación del exclusivismo: la viña es mía.
La historia de José traicionado y vendido por sus hermanos nos hace abrir los ojos de nuestra reflexión: ¿Qué significa para nosotros la palabra fraternidad?, ¿qué apertura tenemos hacia personas de distinta cultura? ¿También nosotros pensamos que los emigrantes que vienen a nuestro país se apoderan de lo que nosotros necesitamos para vivir?
Amigo lector, amiga lectora, buscamos juntos la voluntad de Dios. A través de la Palabra Jesús ilumina nuestra mente y llena nuestro corazón de su Espíritu para que seamos capaces de colaborar en la construcción de una sociedad diferente que prepare la llegada de su Reino.

Saturday, March 7, 2020

LOS INTERROGANTES MAS PROFUNDOS DEL HOMBRE - Constitución pastoral Gáudium et spe

SEGUNDA LECTURA

De la Constitución pastoral Gáudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual, del Concilio Vaticano segundo
(Núms.9-10)

LOS INTERROGANTES MAS PROFUNDOS DEL HOMBRE

El mundo moderno aparece a la vez poderoso y débil, capaz de lo mejor y de lo peor, pues tiene abierto el camino para optar entre la libertad o la esclavitud, entre el progreso o el retroceso, entre la fraternidad o el odio. El hombre sabe muy bien que está en su mano el dirigir correctamente las fuerzas que él ha desencadenado y que pueden aplastarlo o salvarlo. Por ello se interroga a sí mismo.

En realidad, los desequilibrios que fatigan al mundo moderno están conectados con ese otro desequilibrio fundamental que hunde sus raíces en el corazón humano.

Son muchos los elementos que se combaten en el propio interior del hombre. A fuer de creatura, el hombre experimenta múltiples limitaciones; se siente, sin embargo, ilimitado en sus deseos y llamado a una vida superior.

Atraído por muchas solicitaciones, tiene que elegir y que renunciar. Más aún, como enfermo y pecador, no es raro que haga lo que no quiere y deje de hacer lo que querría llevar a cabo. Por ello siente en sí mismo la división, que tantas y tan graves discordias provoca en la sociedad.

Son muchísimos los que, tarados en su vida por el materialismo práctico, no quieren saber nada de la clara percepción de este dramático estado, o bien, oprimidos por la miseria, no tienen tiempo para ponerse a considerarlo. Muchos piensan hallar su descanso en una interpretación de la realidad, propuesta de múltiples maneras.

Otros esperan del solo esfuerzo humano la verdadera y plena liberación de la humanidad y abrigan el convencimiento de que el futuro reino del hombre sobre la tierra saciará plenamente todos sus deseos.

Y no faltan, por otra parte, quienes, desesperando de poder dar a la vida un sentido exacto, alaban la audacia de quienes piensan que la existencia carece de toda significación propia y se esfuerzan por darle un sentido puramente subjetivo.

Sin embargo, ante la actual evolución del mundo, son cada día más numerosos los que se plantean o los que acometen con nueva penetración las cuestiones más fundamentales: ¿Qué es el hombre? ¿Cuál es el sentido del dolor, del mal, de la muerte, que, a pesar de tantos progresos hechos, subsisten todavía? ¿Qué valor tienen las victorias logradas a tan caro precio? ¿Qué puede dar el hombre a la sociedad? ¿Qué puede esperar de ella? ¿Qué hay después de esta vida temporal?

Cree la Iglesia que Cristo, muerto y resucitado por todos, da al hombre su luz y su fuerza por el Espíritu Santo, a fin de que pueda responder a su máxima vocación, y que no ha sido dado bajo el cielo a la humanidad otro nombre en el que haya de encontrar la salvación.

Igualmente cree que la clave, el centro y el fin de toda la historia humana se hallan en su Señor y Maestro.

Afirma además la Iglesia que bajo la superficie de lo cambiante hay muchas cosas permanentes, que tienen su último fundamento en Cristo, quien existe ayer, hoy y para siempre.

RESPONSORIO 1Co 15, 55-56. 57; Lm 3, 25

R. ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está, muerte, tu aguijón? El aguijón de la muerte es el pecado. * ¡Demos gracias a Dios, que nos da la victoria por nuestro Señor Jesucristo!
V. Bueno es el Señor para el que en él espera, para el alma que lo busca.
R. ¡Demos gracias a Dios, que nos da la victoria por nuestro Señor Jesucristo!

ORACIÓN.

OREMOS,
Padre eterno, convierte hacia ti nuestros corazones, para que, viviendo consagrados a tu servicio, te busquemos siempre a ti, que eres lo único necesario, y practiquemos la caridad en todas nuestras acciones. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén

Thursday, March 5, 2020

Rezar con confianza y perseverancia - San Luis Maria Grignion de Monfort, predicador

San Luis María Grignion de Monfort (1673-1716) predicador
fundador de comunidades religiosas
Los secretos del rosario (“Le secret du Rosaire”, Traditions monastiques, 2003), trad. sc©evangelizo.org

Rezar con confianza y perseverancia
Recen con mucha confianza. Ella está fundada en la bondad y generosidad infinitas de Dios y en las promesas de Jesucristo. (…)
El deseo más grande que tiene para nosotros el Padre eterno es de comunicarnos las aguas salvadoras de su gracia y misericordia. Él exclama: “Vengan a beber mis aguas con la oración”. Cuando no rezamos, se lamenta diciendo que lo abandonamos: “Me abandonaron a mí, la fuente de agua viva” (Jer 2,13). Agradamos a Jesucristo cuando le pedimos sus gracias. Si no lo hacemos, se queja con amor: “Hasta ahora, no han pedido nada en mi Nombre. Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen a la puerta y se les abrirá” (cf. Jn 16,14; Mt7,7; Lc 11,9; Apoc 3,20). Para darnos más confianza al rezar, se ha comprometido con su palabra, afirmando que el Padre eterno nos acordará todo lo que le pediremos en su Nombre.
A nuestra confianza sumemos la perseverancia en la oración. Sólo quien persevere para pedir, buscar y llamar, será el que recibirá, encontrar á y entrará.

Monday, March 2, 2020

El coronavirus y la cuarentena según la Torá 26/2/2020 | por Rav Benjamín Blech

El coronavirus y la cuarentena según la Torá

El coronavirus y la cuarentena según la Torá
Ten cuidado a quién te expones.

Los responsables de salud pública en todo el mundo están desesperados ante el riesgo de contagio del coronavirus. Cada vez se teme más que llegue a convertirse en una pandemia mundial imposible de detener. Hasta el momento, esta enfermedad respiratoria ha infectado a más de 75.000 personas y hasta donde sabemos fallecieron por lo menos 2.000. Barcos de crucero, turistas desprevenidos y otros lentamente van transmitiendo este "ángel de la muerte" a destinos alejados de su fuente en China.
La medicina moderna, con todos sus milagros, no puede hacer mucho. No hay cura. Por ahora la mejor y única solución es la cuarentena. Aquellos que se sospecha que pueden ser transmisores, deben aislarse. Tener contacto con quienes están infectados simplemente es demasiado peligroso.
Existe un paralelo bíblico de la cuarentena que los eruditos judíos consideran desde una perspectiva moral.
El libro de Levítico describe al metzorá, la persona afectada con tzaraat, una enfermedad que muchas veces es mal traducida como lepra. De hecho, se trata de una enfermedad espiritual, causada principalmente por hablar mal y calumniar a otros. El metzorá es alguien que motzí ra, 'originó un habla malvada', y tiene que pasar una cuarentena: lo envían fuera del campamento, para salvar a la comunidad de la posibilidad que tiene de infectarlos con su habla destructiva.
Por lo tanto, la intención de la cuarentena bíblica no era aislar a quien sufría una enfermedad física sino más bien alejar a quien tenía una bajeza moral.
Mientras esperamos que se encuentre una cura para el coronavirus, podemos derivar una lección ética de esta desgracia. Todos reconocen lo obvio: no debemos permitir que los que están sanos se vean expuestos a aquellos que pueden dañarlos.
¿Acaso esta no es la verdad más fundamental respecto a las relaciones humanas?
Sin duda los amigos son buenos para todos. En los últimos años, las investigaciones científicas sugirieron que las personas que tienen amistades fuertes experimentan menos estrés, se recobran más rápido de los ataques cardíacos y tienen probabilidades de vivir más años que quienes no tienen amigos. Los estudios incluso demuestran que son menos susceptibles a los simples resfríos.
Pero no todos los amigos tienen un efecto tan saludable. Algunos mienten, insultan y traicionan. Algunos son demasiado dependientes. Otros dan consejos erróneos. Los psicólogos y sociólogos ahora señalan los efectos negativos que los malos amigos tienen sobre la salud.
No subestimemos la advertencia del Rey Shlomó en su libro de Proverbios: “El que anda con los sabios, será sabio; pero el que anda en compañía de los tontos será destruido” (Proverbios 13:20).
No sólo es importante tener buenos amigos, sino tener amigos que sean buenos
Uno de los ejemplos más tristes de esto lo encontramos en Samuel II 13. Amnón,el hijo del Rey David, luchaba con deseos y pensamientos pecaminosos. Él deseaba con fuerza una relación física prohibida con su media hermana, Tamar. Amnón sabía que sus deseos eran erróneos y que no podía cometer esa maldad.
Entonces cinco palabras cambiaron todo: “Pero Amnón tenía un amigo”.
El amigo de Amnón, Ionadab, también era su primo. Ionadab propuso un plan para que Amnón pudiera satisfacer sus deseos lujuriosos. Amnón recibió lo que él pensó que deseaba. Poco después perdió todo lo que tenía. Él arruinó la vida de Tamar. Creó división y provocó dolor a su familia. Dos años más tarde lo asesinó su hermano, Avshalom.
Los amigos pueden enriquecer nuestra vida. Pero también pueden destruirla. “A menudo la clase equivocada de amigos genera mucho dolor”, escribió la Dra. Harriet Lerner, psicóloga y autora de The Dance of Connection.
Quizás la forma más importante en que podemos ayudar a dirigir el camino de la vida de nuestros hijos es recordarles constantemente cuán importante es para ellos no sólo tener "buenos amigos", sino tener amigos que sean buenos. Es una lección que todos debemos aprender. Algunas personas necesitan estar en "cuarentena" para que no lleguen a infectarnos con sus valores indeseados.

6 respuestas judías al Coronavirus 2/3/2020 | por Yvette Alt Miller

6 respuestas judías al Coronavirus

6 respuestas judías al Coronavirus
Mientras el virus se disemina, el pueblo judío trabaja para ayudar a encontrar una solución y prevenir el pánico.

El Coronavirus se dispersa por el mundo y la gente está preocupada. Los mercados de valores globales se han desplomado por miedo a su propagación y muchas regiones impusieron restricciones draconianas respecto a los viajes. Con ayuda de Dios, pronto lograremos tener al virus bajo control. Mientras nos enfrentamos a la propagación del COVID-19, he aquí seis formas en que Israel y el pueblo judío se ven afectados y cómo tratan de ayudar.

1. Una plegaria masiva en el Muro Occidental

El domingo 16 de febrero, cientos de personas se unieron para un servicio masivo de plegarias en el Muro Occidental en Jerusalem, el sitio más sagrado para los judíos. A pesar de que llovía fuertemente, israelíes y turistas se reunieron para rezar fervientemente por aquellos infectados con el COVID-19. Los participantes recitaron plegarias en hebreo y también en mandarín, porque en el evento participaron decenas de turistas chinos que estaban de visita en Israel. Entre los que rezaron había parientes de personas infectadas con el COVID-19, incluyendo parientes de tres israelíes que estaban en cuarentena en un crucero en la costa de Japón y que se infectaron con la enfermedad.
“El pueblo chino tiene que saber que el pueblo judío piensa en ellos, que reza por ellos y con ellos”, explicó Rav Shmuel Eliahu, el Gran Rabino de la ciudad israelí de Tzefat, y uno de los organizadores del evento. “Que esta lamentable plaga deje de existir y desaparezca del pueblo chino y de todo el mundo”.

2. Científicos israelíes trabajan para desarrollar una vacuna

En todo el mundo los investigadores médicos se esfuerzan por desarrollar una vacuna para el COVID-19. Algunos investigadores israelíes piensan que están a punto de lograrlo. El Instituto de Investigación de la Galilea (MIGAL) al norte de Israel anunció el 27 de febrero que están trabajando en una vacuna que puede llegar a estar lista en tres semanas. Si lo logran, potencialmente podría llegar a estar disponible al público dentro de tres meses.
Los investigadores de MIGAL ya lograron crear un virus contra la cepa del coronavirus de la bronquitis infecciosa (IBV), que es una enfermedad separada del COVID-19. Ahora intentan adaptarla para que sea efectiva contra el COVID-19. El director ejecutivo de MIGAL, David Zigdon, explicó que “dada la urgente necesidad global de una vacuna humana contra el coronavirus, estamos haciendo todo lo posible para acelerar su desarrollo. Nuestro objetivo es producir la vacuna dentro de las siguientes 8-10 semanas, y lograr que su seguridad sea aceptada en 90 días”.

3. Culpar a los judíos por el Coronavirus

En algunas partes, la gente culpa a los judíos por el coronavirus y acusan a los judíos de propagarlo. “Los extremistas esperan que el virus mate judíos”, afirmó la liga antidifamación en un informe especial del 6 de febrero del 2020. El informe señala que los antisemitas “también utilizan la emergencia (del virus) para presentar sus teorías antisemitas respecto a que los judíos son responsables de crear el virus y lo propagan para incrementar su control… o para tener ganancias a partir de él”.

4. Manifestaciones de apoyo hacia las víctimas chinas del odio

El COVID-19 se originó en China, y algunas personas chinas en distintos lugares del mundo se convirtieron en chivos expiatorios, como si de alguna forma tuvieran responsabilidad personal por la difusión del virus. El 21 de febrero del 2020, más de 70 organizaciones judías en los Estados Unidos, incluyendo el Consejo Rabínico de Norteamérica, firmaron una carta abierta a la comunidad china norteamericana:
“Escribimos para expresar nuestra sincera solidaridad con ustedes durante estos momentos tensos y difíciles. Nos preocupa el incremento de la xenofobia hacia el pueblo chino en este país y en el exterior por el COVID-19, coronavirus. Sabemos que en estos momentos, la preocupación fácilmente puede convertirse en histeria, lo que puede llevar a buscar chivos expiatorios. Nos comprometemos a ayudar a garantizar que los chinos se sientan seguros y apoyados, y a combatir los ataques y los estereotipos en los medios sociales. A partir de la historia, la nuestra y la de ustedes, sabemos que el alarmismo puede ser devastador”.
En un momento de miedo masivo, la carta es un llamado para recordarnos a todos ser razonables, enfrentar la difusión del COVID-19 con madurez y dedicar nuestra energía para lugar contra la enfermedad y no para enfrentarnos unos a otros.

5. Equipo prometedor desarrollado en Israel

Muchas personas utilizan máscaras para protegerse contra el COVID-19. Algunas de las máscaras más efectivas del mundo se deben a tecnologías desarrolladas en Israel.
En la fábrica de Tecnología Argaman en Jerusalem, los empleados incrustan partículas de cobre dentro de las fibras de algodón, lo que bloquea gérmenes y bacterias. El fundador de Argaman, Jeffrey Gabbay, explicó que estas máscaras pueden ser efectivas durante toda la vida de la persona. Una orden reciente de 1 millón de máscaras de un comprador en Hong Kong, terminó con todo el stock de la compañía. Pero están trabajando para producir más máscaras y esperan que muy pronto estén disponibles para la venta en todo el mundo.
Sonovia es otra compañía israelí que trabaja para crear máscaras faciales más efectivas para bloquear los gérmenes, y están ocupados en crear una máscara prototipo que puede proteger contra el COVID-19. Fundada por dos profesores de química de la universidad Bar Ilán, la compañía utiliza tecnología de acabado ultrasónico para infundir la tela de las máscaras con nanopartículas de óxido de cinc y de cobre que protegen contra los virus y bacterias. Estas máscaras protegen de la gripe y se espera que las pruebas demuestren que también son efectivas contra coronavirus tales como el COVID-19.
Existe una necesidad urgente de desarrollar pruebas rápidas de diagnóstico de aquellos que tienen el COVID-19. Una firma israelí recientemente anunció que creó un equipo de prueba que puede detectar rápida y efectivamente el Coronavirus. BATM, con base en la ciudad israelí de Hod Hasharón, anunció el 27 de febrero del 2020 que se corroboró que sus equipos son efectivos para la detección del coronavirus.

6. Los rabinos de Italia rezan por el COVID-19

Muchas escuelas y comercios al norte de Italia debieron cerrar porque la región enfrenta un brote importante de COVID-19 que ha afectado a centenares de personas. La comunidad judía de la región también se vio afectada. En Milán, donde viven alrededor de 10.000 judíos, los edificios públicos fueron clausurados y pocas personas se animan a salir a las calles. La única escuela judía de la ciudad cerró temporalmente y también se cancelaron los servicios en muchas sinagogas. En cambio la gente se reúne a rezar en pequeños grupos en departamentos privados.
Ante la incertidumbre, los judíos italianos respondieron con plegarias. El 26 de febrero del 2020, la Asamblea Rabínica de Italia publicó una plegaria en hebreo por las víctimas del coronavirus. La plegaria está disponible para quienes deseen recitarla en todo el mundo, ya sea en los hogares o en las sinagogas. “Deseamos expresar nuestra empatía y compartimos el dolor por las víctimas. Rezamos por la curación de los enfermos en todos los lugares del mundo en el cual esta enfermedad se haya manifestado o vaya a aparecer”. La plegaria le pide a Dios ayuda para poner fin a la propagación y al miedo por el COVID-19.
Por el momento el COVID-19 se sigue propagando y es crucial ser cuidadosos y evitar el pánico. Muchos actos de sentido común que previenen la transmisión de otros virus pueden ayudar también a disminuir su propagación. Toser en un pañuelo o sobre el codo, arrojar a la basura los pañuelos de papel usados, limpiar con frecuencia las superficies y lavarse a menudo las manos son todas formas potentes de protegernos.
Mientras tanto, podemos sentirnos orgullosos de la manera en que los científicos israelíes y los líderes judíos reaccionaron ante el virus, trabajando duro para encontrar soluciones y recordándonos la necesidad de enfrentar el COVID-19 y cualquier otro problema con madurez y humanidad.