Ibrahim Mahir es un enfermero musulmán, director de la unidad de corona en el Centro Médico Emek, cerca de Afula, en Israel.

Rav Shlomo Galster, un anciano paciente que estaba bajo su cuidado, se ganó el afecto de Mahir y de otros miembros del equipo médico por su amabilidad. Una y otra vez, Galster agradecía a médicos, enfermeros y asistentes por su atención y apoyo. Y les daba abundantes bendiciones.

La condición del rabino deterioró y le avisaron a la familia que debían ir al hospital para despedirse de él. Mahir y su equipo esperaban que la familia pudiera estar allí durante los últimos momentos del paciente, pero había mucho tráfico y se demoraban en llegar.

Cuando quedó claro que la familia no llegaría a tiempo, Mahir decidió llenar el vacío de la mejor forma posible. Tomó el libro de plegarias hebreas que siempre estaba al lado de la cama del rabino, y recitó el Shemá Israel en el oído del rabino en sus momentos finales en este mundo.

Cuando la familia de Rav Shlomo logró llegar a Afula, ya era demasiado tarde. Mahir vio su angustia y le contó a Meirav, la hija del rabino, lo que había hecho.

"No sé si estuvo bien, porque soy musulmán, pero abrí su libro de plegarias y le dije el Shemá antes de que muriera".

Meirav le agradeció profundamente en medio de su angustia.

Incluso el primer ministro Biniamín Netanyahu llamó a Mahir para felicitarlo por su acto de bondad.

Después de la shivá, la hija de Rav Galster se puso en contacto con Mahir para decirle cuánto la había consolado saber que las últimas palabras que su padre escuchó en este mundo fueron las de la declaración de fe judía: Shemá Israel.

¿Cómo sabía Mahir sobre las plegarias y los rituales judíos?

En una entrevista en una radio israelí, Mahir explicó: "Cuando estudié para mi segundo título en la universidad Ben Gurión, tomé dos cursos sobre judaísmo. No conozco toda la plegaria, pero sé que es una plegaria que los judíos dicen al final de su vida: Shemá Israel. Por eso me paré al lado de su cama y dije Shemá Israel".

Cuando Meirav lo llamó para volver a agradecerle, le aseguró a Mahir que había hecho lo correcto.

"Ella me dijo cuánto consuelo le dio durante la tradicional semana de duelo después del fallecimiento de un pariente cercano. Me hizo sentir muy bien.

"A veces los miembros del equipo médico son las últimas voces que escucha un paciente, en especial durante esta pandemia, con las salas cerradas. Necesitamos estar allí para nuestros pacientes, no sólo como profesionales sino todavía más como seres humanos decentes y compasivos. Eso fue lo que hizo falta y eso es lo que continuaré haciendo".

Cuando la entrevistaron en Reshet Bet de Israel, Meirav dijo: "Mi padre era un judío ortodoxo, un jasid de Jabad. Él todo el tiempo hablaba de la devota atención que proveían los miembros del equipo. Él siempre decía: 'La paz comienza aquí'".

El equipo supo que era valorado, y respondió de la misma manera.