Tuesday, October 30, 2018

Ver el bien en todo – Rav Baruj Leff en AishLatino.com



Jaiei Sara(Génesis 23:1-25:18)
Ver el bien en todo – Rav Baruj Leff
El potencial de Ishmael
Algo que siempre debemos recordar al estudiar Torá, es que el Jumash, los Cinco Libros de Moshé, no consiste meramente en un conjunto de leyes, historias e ideas. Es la manera en que el pueblo judío se conecta con Dios. El Rambán, Najmánides, escribe místicamente en su introducción al Jumash que cada palabra y cada letra del texto del Jumash es “un nombre de Dios”. Cuando estudiamos o recitamos versículos de la Torá, nos ponemos en contacto con los nombres de Dios.
¿Qué es un nombre? ¿Y qué es un nombre de Dios?
Un nombre es la forma en que nos relacionamos con otro ser. Cuando llamamos a nuestro amigo por su nombre, iniciamos una relación con esa persona durante el tiempo que dura la comunicación.
Cuando estudiamos Torá y recitamos los nombres de Dios, nos comunicamos continuamente con Él. Evocamos a Dios a través de Sus nombres y nos conectamos con Él al intentar entender Su Torá, Sus mensajes para nosotros. A cambio, Él nos guía en nuestro estudio. Esa es la razón por la que el Shulján Aruj, el Código de ley judía, sugiere que recitemos una breve plegaria antes de estudiar Torá, pidiéndole a Dios que nos dirija hacia un entendimiento correcto y verdadero. Como alguien dijo: “Cuando rezamos, le hablamos a Dios; cuando estudiamos, Dios nos habla a nosotros”.
Por lo tanto, en la Torá no hay palabras ni oraciones de más. Dios no recibe pago por palabra. Sin embargo, a menudo nos encontramos con pasajes de la Torá que parecen ofrecer poca claridad al lector común. La porción de Torá de esta semana tiene uno de esos pasajes.
Estos son los descendientes de Ishmael, hijo de Abraham, a quien Hagar, la egipcia, sirviente de Sara, dio a luz para Abraham. Estos son los nombres de los hijos de Ishmael, por sus nombres en orden de nacimiento. El primogénito de Ishmael fue Nebaiot, y Kedar, y Adbel, y Mibsam. Y Mishmá, Dumá y Masá. Jadad, Temá, Yetur, Nafish y Kedmá (Génesis 25:12-15).
¿Qué es lo que Dios quiere que aprendamos de estos versículos? ¿Qué nos está diciendo Dios al escribir “sus nombres” en el listado de los hijos de Ishmael? ¿Por qué tenemos que conocer y recordar durante toda la historia los nombres de los hijos de Ishmael? ¿Cuál es el mensaje para nosotros?
Encontrar el bien dentro del mal
La única solución posible es que, para relacionarnos con Dios apropiadamente, debemos saber quién es Ishmael y conocer su esencia. Dios valora a Ishmael como nación y quiere que veamos la profundidad de la personalidad de Ishmael/árabe. Dado que Ishmael fue hijo de Abraham, debe poseer un profundo potencial espiritual. Incluso mientras luchamos una guerra necesaria en contra de tremendas fuerzas del mal, en algún rincón de nuestra mente debemos comprender que hay en Ishmael un potencial espiritual bueno al que es posible acceder.
¿Dónde podemos encontrar ese bien?
Quizás es la disposición de Ishmael a hacer sacrificios por el servicio a Dios.
El Midrash nos dice (Sanhedrín 89b): “Ishmael le dijo a Itzjak: ‘Yo soy más grandioso que tú, porque tú sólo tenías 8 dias de edad cuando fuiste circuncidado (y apenas sentiste el dolor). ¡Yo tenía 13 años!”
Ishmael sirve a Dios con mucha fe, plegaria y sacrificio. De hecho, su nombre mismo significa que Dios escuchará sus plegarias como resultado de su sufrimiento y sacrificio (Génesis 16:11).
Este sacrificio personal por lo que Ishmael entiende que es el servicio a Dios existe en la actualidad:
Todos odian la muerte, le temen a la muerte, pero sólo los creyentes saben sobre la vida después de la muerte y la recompensa después de la muerte. Recuérdate que enfrentarás muchos desafíos. Pero debes enfrentarlos y entenderlos 100 por ciento… Obedece a Dios, y no luches contigo mismo donde te debilitas, y mantente firme; Dios permanecerá con quienes se mantienen firmes. Debes rezar, debes ayunar. Debes pedirle a Dios que te guíe, debes pedirle a Dios ayuda… Purifica tu corazón y límpialo de todo asunto material. El tiempo la diversión y el derroche ha pasado. El tiempo del juicio ha llegado. Entonces, debemos utilizar estas pocas horas para pedirle a Dios perdón…
Rézale a Dios para que perdone todos tus pecados, para que me permita glorificarte en toda forma posible. Dios, abre todas las puertas para mí. Dios, Quien responde plegarias y responde a quienes Te piden, te estoy implorando por tu ayuda. Te pido perdón. Te pido que alivies mi camino. Te pido que eleves la carga que siento. Dios, Tú, Quien abres todas las puertas, por favor abre todas las puertas para mí, abre todos los senderos para mí, abre todos los caminos para mí.
Estas palabras podrían ser el sermón de un sagrado rabino en Iom Kipur. En cambio, son las palabras del malvado Mahoma Ata, tomadas de En los bolsos del secuestrador, un llamado a la planificación, la plegaria y la muerte, por Bob Woodward, Washington Post, viernes 28 de septiembre de 2001, pág. A01.
Semejante dedicación, en la lucha contra un mal inimaginable. Debemos preguntarnos a nosotros mismos: ¿qué sacrificamos por Dios en nuestra vida diaria, luchando por el lado del bien?
Esta idea de reconocer el valor y un bien potencial incluso en nuestros enemigos puede aprenderse del orden de los sacrificios ofrecidos en la festividad de Sucot. Durante toda la festividad se ofrecen 70 sacrificios que corresponden a las 70 naciones del mundo (la Torá considera a las naciones del mundo como 70 raíces de las cuales se desprenden muchas otras naciones que son sus ramificaciones). Esto se debe a que consideramos que todas las naciones del mundo son importantes. Cada una tiene que cumplir un rol específico en el mundo de Dios y rezamos para que Él, mediante estas ofrendas, las inspire para que se aboquen al verdadero servicio Divino.
Y esto tiene lugar precisamente en Sucot, porque en nuestras plegarias esta festividad es llamada “la época de nuestro regocijo”. Cuando estamos felices con nosotros mismos, vemos al mundo bajo una óptica positiva y podemos ver el bien en los demás, incluso en las otras naciones, también en nuestros enemigos.
De acuerdo con nuestros Sabios, Ishmael se arrepintió al final de su vida (Rashi 25:9). Tenemos la esperanza y rezamos para ver al Ishmael de nuestro tiempo, a las naciones árabes, unirse a nosotros en el adecuado servicio a Dios.
REF: Rav Baruj Leff en AishLatino.com

Con mucho agradecimiento al Rav Baruj Leff – y mucho cariño,
Noel y Silvia
“La Porciúncula”
Guatemala

Saturday, October 27, 2018

Comentario al Evangelio del domingo, 28 de octubre de 2018 Fernando Torres cmf - en Ciudadredonda.org


Comentario al Evangelio del domingo, 28 de octubre de 2018

Fernando Torres cmf

Ver para creer
      Los que viven en situaciones de pobreza, de opresión e injusticia son los que saben apreciar de verdad la liberación. En eso se parecen al ciego del que hoy nos habla el Evangelio. No es un ciego como los demás. Hay una diferencia clave: es consciente de su ceguera. Por eso es capaz de gritar al paso de Jesús y pedirle que tenga compasión de él. Quizá podríamos aventurar la idea de que este ciego no lo era de nacimiento, como algún otro que aparece en los Evangelios. Sabía lo que era ver las cosas, el mundo, las personas. Cuando se quedó ciego, se dio cuenta de lo que perdió. Por eso su sufrimiento era mayor. O simplemente sus familiares le habían hablado de lo que era ver las cosas y los rostros de las personas, los atardeceres y amaneceres con todos sus colores. Por eso grita al paso de Jesús. Y cuanto más le dicen que se calle, más grita. Es su oportunidad. Con su grito, está llamando la atención sobre su limitación, sobre su pobreza. Pero el grito no es educado. Es molesto. Impide que los discípulos escuchen la voz de Jesús. Por eso le piden que se calle.
      En nuestra sociedad a veces también resulta de poca educación poner al descubierto nuestras pobrezas, nuestras limitaciones. Pero los pobres, los oprimidos, los que sufren la injusticia y el dolor están siempre ahí. Por más que les echemos de nuestro barrio o miremos a otra parte cuando pasan cerca de nosotros. Pienso ahora en los jóvenes delincuentes. Viven en medio de la violencia. Hacen ruido, nos quitan la paz. Pero tengo la impresión de que todas esas cosas que hacen que tanto nos molestan y que ponen auténtica violencia en nuestros barrios no son más que una forma de gritar su miseria, su necesidad de cariño. En el fondo no son más que niños necesitados de una familia que les apoye, que les defienda, que les haga sentirse seguros. 
      Jesús devuelve la vista al ciego. Pero el milagro físico de devolverle la vista nos habla de otro milagro más profundo. Parece que el ciego empieza a ver no sólo con los ojos sino también con el corazón. Dice el Evangelio al final que “al momento recobró la vista y lo seguía por el camino”. Quizá haya pocos ciegos en el sentido físico entre nosotros. Pero es posible que haya muchas maneras de ser ciego, muchas clases de ceguera. Y que algunos de nosotros ni siquiera tengamos el privilegio, como aquel ciego, de darnos cuenta de que estamos ciegos. 
      Ése es el milagro que hoy le tenemos que pedir a Jesús con todas las fuerzas. Que nos cure el corazón, que nos abra los ojos, para creer, para levantarnos y caminar mano a mano con nuestros hermanos y hermanas, construyendo fraternidad, construyendo reino, trabajando para que nadie se quede a la vera del camino, marginado, abandonado, para que los gritos de los que, cerca de nosotros, nos piden ayuda no nos resulten molestos sino que sean llamadas a vivir la fraternidad tal y como Jesús quería. Jesús nos dará la fuerza y la gracia que necesitamos. 

Para la reflexión
      ¿Qué gritos escuchamos en nuestra sociedad? ¿Cómo gritan los pobres de nuestro tiempo? ¿Qué dicen? ¿Cómo podemos ayudarles a encontrar el camino? ¿Puede ser Jesús una ayuda en ese camino? ¿Cómo?


Friday, October 26, 2018

¿Por qué quitó la mezuzá? Por Malka Touger - Chabad.org


¿Por qué quitó la mezuzá?
Por Malka Touger
Cuando Perla Cohen llegó a la casa del Rabino Shmuel y Sara Gurewitz en Lyon, Francia, traía con ella todas las herramientas necesarias para estudiar.Perla había nacido en Marruecos y era una estudiante de tiempo completo en la Universidad La Doua. Estudiar era todo lo que hacía. Fue así que, cuando el rabino que iba a oficiar en su casamiento, a celebrarse próximamente, le informó del requisito establecido por la Alianza Rabínica Ortodoxa Francesa que hacía necesario que las futuras parejas tuvieran conocimiento de las leyes relativas a la vida de una familia judía, se anotó entusiasmada para asistir a las clases.
La Sra. Gurewitz valoraba la inteligencia y curiosidad de Perla, por lo tanto amplió el programa de las clases y también incluyó otros aspectos lo que significaba el inicio del un hogar judío. En su momento, mencionó el tema de la mezuzá, explicando que esta mitzvá es uno de los primeros símbolos de un hogar judío.
"Perla, no tienes que esperar hasta que estés casada," le explicó la Sra. Gurewitz. "Puedes colocar una mezuzá en la jamba de la puerta del apartamento donde ahora estás viviendo."
"Sra. Gurewitz," le contestó Perla, "me gusta aprender con usted y entiendo el concepto de esta mitzvá, pero no creo que sea una buena idea en este momento. Quizás no sepa que vivo sola en el barrio Les Broteaux del sexto 'arrondissement'. Usted debe estar enterada que es una zona muy elegante, donde no viven judíos. ¿Verdad que no tengo contarle sobre el antisemitismo que hay en Francia? Me parece que no es muy seguro exhibir mi religión de una manera tan abierta".
La Sra. Gurewitz le reiteró que la esencia de esta mitzvá es la seguridad y protección y, cada tanto, volvía a mencionar el tema. Eventualmente, Perla decidió colocar una mezuzá, pero lo hizo del lado de adentro de la puerta; seguía preocupada por no llamar la atención. Le llevó unas cuantas semanas más juntar coraje para colocar una mezuzá del lado de afuera de la puerta.
Cuando llegaron las vacaciones de invierno, Perla viajó a visitar a su familia en Marruecos. Cuando mencionó que había colocado una mezuzá, tuvo que enfrentar la oposición de su familia. Al igual que lo había hecho ella en su momento, su familia también sentía temor y la convencieron que estaba arriesgando su seguridad. Y fue así que la mezuzá fue retirada.
Pero, poco tiempo después, Perla llamó a la Sra. Gurewitz para comentarle que había vuelto a colocar la mezuzá del lado exterior de la puerta de su apartamento. La Sra. Gurewitz quedó sorprendida. Desde que se había enterado de la firme oposición de los padres de Perla no había vuelto a mencionar el tema pensando que, quizás en el futuro, podría encontrar el momento apropiado para hacerlo. ¿Qué sería lo que hizo cambiar la decisión de Perla?
Perla le relató que unos días antes, un señor mayor había golpeado su puerta presentándose como el vecino del primer piso. Ella apenas lo conocía. Lo había visto solo una vez, cuando me alcanzó un sobre colocado por equivocación en su buzón.
El hombre tenía una expresión triste en sus ojos. "¿Por qué sacó la mezuzá? Le preguntó con voz preocupada. "Por favor no vaya a pensar mal de mí por entrometerme en su vida privada, pero soy sobreviviente de la Shoá. Vengo de una familia judía muy extendida y observante de las tradiciones. En la guerra los perdí a todos. También perdí todo. Me casé con una gentil y fui apartándome de mi herencia.
"Aquel día, cuando le alcancé el correo y vi la mezuzá en la puerta, recordé mi infancia, mi familia y mi religión. Instintivamente extendí la mano para tocarla y ese gesto hizo que se me llenaran los ojos de lágrimas recordando a todos los seres queridos que había perdido, mi madre, mi padre, mis hermanos y hermanas. Desde ese entonces, empecé a subir hasta su piso todos los días para besar la mezuzá. Ese gesto me ha reconfortado y permitido volver a conectarme con mi pasado.
¿Por qué quitó la mezuzá?
Por Malka Touger
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Thursday, October 25, 2018

“¿Quién es Cristo para ti?” Anne Kurian - Zenit


Santa Marta: “¿Quién es Cristo para ti?”

Anne Kurian - 25/10/2018-17:07
(ZENIT – 25 octubre 2018).- Hay muchos cristianos “de palabras”, pero la verdadera santidad es realizar el mensaje de Cristo, dijo el Papa Francisco en la misa de la mañana en la Casa Santa Marta, el 25 de octubre de 2018. Dio dos maneras de conocer a Cristo
¿Quién es Cristo para ti? Preguntó en su homilía informada por Vatican Media. Es fácil de responder recitando el Credo, dijo el Papa, pero la pregunta personal “nos avergüenza un poco”, porque debemos ir al “corazón”.
San Pablo, continuó citando la primera lectura, no conocía a Jesús “al comenzar los estudios de teología”: “Lo que Pablo sintió, quiere que nosotros cristianos lo sintamos”. A la pregunta que podemos hacerle a Pablo: “¿Quién es Cristo para ti?”, Él dará su propia experiencia simple: “Él me amó y se entregó a sí mismo por mí”. Pero él está involucrado con Cristo que ha pagado por él … Pablo quiere que los cristianos … entren en esta experiencia para que todos puedan decir: “Él me amó y se entregó por mí”.
La mejor manera de hacerlo es reconocerse a sí mismo como pecador, explicó el Papa Francisco: “El primer paso para el conocimiento de Cristo, para entrar en este misterio, es el conocimiento de su pecado, de sus pecados”. Pero “una cosa es decir los propios pecados” y otra es reconocerse “capaz de hacer cualquier cosa … reconocer una inmundicia”. San Pablo experimentó su miseria que “necesita ser salvada”, entendió que alguien tenía que “pagar el derecho de llamarse a sí mismo “hijo de Dios “… todos lo somos, pero para decirlo, para sentirlo, se requería el sacrificio de Cristo”.
Segundo paso aconsejado por el Papa: la Contemplación. “Un santo dijo esta hermosa oración: ‘Señor, que te conozca y me conozca a mí mismo’: conocerme a mí mismo y conocer a Jesús … no contentarse con decir tres o cuatro palabras acerca de Jesús”, porque “conocer a Jesús es una aventura, pero una aventura seria, no una aventura adolescente”.
“San Pablo dice:” Él tiene el poder de hacer infinitamente más de lo que podemos pedir o incluso concebir … Pero nosotros debemos pedirle. “Señor, que yo te conozco; que cuando hable de ti, no diga palabras como un loro, sino que diga palabras nacidas de mi experiencia”. Cristianos de palabras, hay muchos. A veces también lo somos. Esto no es la santidad; La santidad es ser cristianos que cumplen en su vida lo que Jesús enseñó “, insistió el Papa.
En conclusión, resumió los pasos para conocer a Jesús: “Primer paso, conocerse a sí mismo: pecadores; pecadores. Sin este conocimiento y sin esta confesión interior, de que soy un pecador, no podemos avanzar. Segundo paso, orar al Señor, para que nos dé a conocer con su poder este misterio de Jesús, que es el fuego que trajo a la Tierra. Será una hermosa costumbre si todos los días, en ciertos momentos, podemos decir: “Señor, que te conozca y que me conozca a mí mismo”.
© Traducción ZENIT, Raquel Anillo

Monday, October 22, 2018

Felicidades Hijos de Dios!!! - San Juan Pablo II


CARTA ENCÍCLICA
REDEMPTORIS MATER
DEL SUMO PONTÍFICE JUAN PABLO II
SOBRE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA
EN LA VIDA DE LA IGLESIA PEREGRINA
Venerables Hermanos, amadísimos hijos e hijas: ¡Salud y Bendición Apostólica!
INTRODUCCIÓN 1.
La Madre del Redentor tiene un lugar preciso en el plan de la salvación, porque « al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la ley, para que recibieran la filiación adoptiva. La prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abbá, Padre! » (Gál 4, 4-6).


Monday, October 15, 2018

"El hombre en busca de sentido” Viktor Frankl


"El hombre en busca de sentido”: La libertad puede sobrevivir hasta en un campo de concentración
Por Adriana Peralta Actualizado Ago 28, 2014

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El psiquiatra Viktor Frankl fundó la escuela psicológica de la logoterapia. (Rebelle Society)
Escuché acerca de “El hombre en búsqueda de sentido” de Viktor Frankl a principios del 2011 durante una excelente clase de ética impartida en un curso de liderazgo ciudadano. Éramos pocos alumnos a los que el profesor nos planteaba pregunta tras pregunta sobre qué motiva al hombre a actuar una u otra forma ante una situación particular que le aqueja.
Al final de la clase se despidió de nosotros exhortándonos a ahondar en la extensa obra de Frankl, pero que sobre todo estudiáramos “El hombre en busca de sentido” para comprender la única libertad que ni los más cruentos tiranos le pueden arrebatar al hombre: la libertad espiritual.
El libro narra la búsqueda de sentido dentro de un campo de concetración. (Amazon)
Desde que la leí esta obra, la recomiendo firmemente: Ha sido uno de los libros que más me ha creado la convicción de que la libertad es el camino para la realización humana.
Viktor Frankl fue un psiquiatra austriaco sobreviviente a los campos de exterminio nazi y fundador de la escuela psicológica logoterapia, centrada en el significado de la existencia humana, así como en los pasos que el hombre realiza para encontrar dicho sentido.
Frankl divide este libro en dos partes: al principio relata sus memorias como prisionero en los campos de concentración en Auschwitz y Dachau; en la segunda parte expone de manera corta la logoterapia.
En la primera parte Viktor expone sus conclusiones al analizar el comportamiento humano —tanto del prisionero como de los capos— durante las tres fases padecidas en los campos de concentración: los primeros días del internamiento, la fase de auténtica vida en el campo y la época posterior a la liberación.
Primera fase: saber que la única real posesión es la propia existencia
Mientras esperábamos a ducharnos, nuestra desnudez se hizo patente: nada teníamos ya salvo nuestros cuerpos mondos y lirondos (incluso sin pelo); literalmente hablando, lo único que poseíamos era nuestra existencia desnuda.
Frankl comienza a narrar su impresión de los primeros días en un campo de concentración y cómo los prisioneros cambiaban su manera de pensar y quedaban en shock ante su situación.
También relata como esas personas sufrían aleatoriamente la muerte aún antes de pasar a ser formalmente prisioneros: eran despojados rápidamente de su identidad anterior hasta convertirse en un número más, hasta perdían toda ilusión de ser libres rápidamente y comprendían que lo único que poseían era su cuerpo y su existencia.
Segunda fase: apatía ante la muerte emocional
Asco, piedad y horror eran emociones que nuestro espectador no podía sentir ya. Los que sufrían, los enfermos, los agonizantes y los muertos eran cosas tan comunes para él que tras unas pocas semanas en el campo no le conmovían en absoluto.
Ante el dolor, la pérdida, y la anulación individual, los prisioneros eran arrancados de las sensaciones a las que estaban acostumbrados, y la maldad alrededor de ellos no los inmutaba más. Esa falta de sentimientos construía una autodefensa para sobrevivir, un necesario caparazón para soportar la existencia sin el mínimo de dignidad.

Psychiatrist Viktor Frankl's memoir has riveted generations of readers with its descriptions of life in Nazi death camps and its lessons for spiritual survival. Between 1942 and 1945 Frankl labored in four different camps, including Auschwitz, while his parents, brother, and pregnant wife perished. Based on his own experience and the experiences of others he treated later in his practice, Frankl argues that we cannot avoid suffering but we can choose how to cope with it, find meaning in it, and move forward with renewed purpose. Frankl's theory-known as logotherapy, from the Greek word logos ("meaning")-holds that our primary drive in life is not pleasure, as Freud maintained, but the discovery and pursuit of what we personally find meaningful.

At the time of Frankl's death in 1997, Man's Search for Meaning had sold more than 10 million copies in twenty-four languages. A 1991 reader survey for the Library of Congress that asked readers to name a "book that made a difference in your life" found Man's Search for Meaning among the ten most influential books in America.

Los efectos negativos de los teléfonos inteligentes -por Yvette Alt Miller en AishLatino.com


Los efectos negativos de los teléfonos inteligentes

Un resumen de las últimas investigaciones
por Yvette Alt Miller en AishLatino.com
Hay muchas investigaciones sobre los daños del uso de teléfonos inteligentes y los beneficios de dejarlos de lado. Aquí hay un resumen de los descubrimientos claves, enlaces para leer más información (en inglés) y algunas sugerencias concretas respecto a cómo limitar el daño.
1. Los teléfonos inteligentes nos vuelven más tontos.
Los teléfonos inteligentes están cambiando la forma en que pensamos y entontecen nuestras capacidades intelectuales de forma atemorizante.
En un estudio del año 2017 de la Universidad de California en San Diego, se dividió al azar a 520 estudiantes en tres grupos y les dijeron que les iban a realizar una serie de test para medir su capacidad cognitiva. A un grupo le dijeron que dejaran sus teléfonos inteligentes en el lobby antes de entrar al aula donde harían el test. Al segundo grupo se les permitió llevar sus teléfonos inteligentes, pero les pidieron mantenerlos en sus bolsos o bolsillos. El tercer grupo colocó los teléfonos inteligentes sobre los escritorios mientras hacían el test.
Los estudiantes que dejaron sus teléfonos inteligentes en el lobby tuvieron un rendimiento significativamente superior al de los estudiantes que entraron con sus teléfonos.
Los resultados del test fueron sorprendentes: los estudiantes que dejaron sus teléfonos inteligentes en el lobby tuvieron un rendimiento significativamente superior al de los estudiantes que entraron al aula con sus teléfonos. Los estudiantes que colocaron los teléfonos sobre el escritorio tuvieron el rendimiento más bajo, a pesar de que posteriormente esos estudiantes aseguraron que no habían pensado en sus teléfonos durante el test. Al parecer, la mera cercanía a sus teléfonos inteligentes disminuyó las capacidades mentales de los estudiantes.
Otros estudios descubrieron los mismos resultados: Los estudiantes obtienen mejor rendimiento en las pruebas cuando no pueden ver sus teléfonos inteligentes. Incluso cuando los teléfonos inteligentes están apagados, su misma presencia afecta la capacidad y el desempeño de los estudiantes. Un estudio del 2017 de la Universidad de Arkansas incluso descubrió que el hecho de dejar sus teléfonos inteligentes al hacer un test era correlativo con el hecho de que los estudiantes obtuvieran un punto más en sus pruebas en comparación con aquellos estudiantes que llevaban los teléfonos inteligentes al lugar del test.
En los adultos puede ser más difícil medir cómo los teléfonos nos vuelven más tontos. Una encuesta británica del 2015 demostró que los adultos se concentran menos en tareas difíciles y las efectúan de forma más descuidada cuando oyen que sus teléfonos inteligentes reciben notificaciones, incluso si no se detienen para revisar los teléfonos. Un estudio del 2010 de la Universidad McGill en Montreal descubrió que los conductores que rutinariamente utilizan sus teléfonos inteligentes u otras aplicaciones de navegación cuando conducen en vez de confiar en su propia lectura de mapas o en su memoria, muestran menor actividad cerebral e incluso tienen menos materia gris en la región del hipocampo de sus cerebros, un área que es importante para la memoria.
Los teléfonos también nos vuelven más tontos al distraernos. Saber que tenemos mensajes en el teléfono reduce nuestra capacidad de enfocarnos en el trabajo. El psicólogo Daniel Levitin estima que “estar en una situación en la que tratas de concentrarte en una tarea cuando hay un e-mail esperando en tu casilla de ingreso sin que lo hayas leído, puede reducir tu IQ efectivo en 10 puntos”.
Sugerencias: Considera dejar tu teléfono inteligente en casa mientras trabajas o vas a la escuela cuando desees aprovechar al máximo tu capacidad mental. Si dejar el teléfono en casa no parece factible, trata de mantenerlo fuera de tu vista, en un guardarropa, en el auto o en un armario.
2. Los teléfonos inteligentes nos vuelven más tristes y más alienados.
El incremento en el uso de los teléfonos inteligentes lleva a que gran parte de nuestra vida tenga lugar “en línea”, interactuamos a través de textos y medios sociales en vez de mantener un contacto humano cara a cara. Los estudios revelan que esto nos vuelve más tristes y más alienados.
Entre el año 2000 y el 2015, la cantidad de adolescentes que reportaron reunirse con sus amigos casi a diario cayó en más de un 40%. En gran medida este descenso ocurrió en los últimos años, cuando los teléfonos inteligentes se volvieron más comunes (un hallazgo clave en el discutido artículo del Atlantic Monthly: “¿Acaso los teléfonos inteligentes destruyeron una generación?”). Más de la mitad de los adolescentes intercambian mensajes de texto con sus amigos cada día, a menudo innecesariamente. Un tercio de los adolescentes envían más de 100 mensajes por día. Esto no se traduce en una comunicación más profunda: sólo un tercio de los adolescentes dicen que hablan con sus amigos en persona de forma regular.
Los textos son convenientes, pero no son un sustituto para una conversación real. La profesora Sherry Turkle, autora de: Alone Together: Why We Expect More from Technology and Less from Ourselves, documenta la naturaleza destructiva de la comunicación electrónica y llama a la manera en que interactuamos con los teléfonos inteligentes “estar solos”, incluso cuando supuestamente nos comunicamos con otras personas.
La Profesora Turkle explica: “La conversación cara a cara se desarrolla lentamente. Nos enseña a tener paciencia. Cuando nos comunicamos con nuestros dispositivos digitales, aprendemos hábitos diferentes… Comenzamos a esperar respuestas más rápidas. Para lograrlo, formulamos preguntas más simples. Disminuimos el nivel de nuestra comunicación, incluso sobre los temas más importantes”.
La comunicación electrónica también nos permite elegir con qué ideas nos relacionamos, aislándonos del amplio mercado de ideas y limitando nuestra perspectiva a habitaciones que filtran lo que nos llega.
Incluso cuando pasamos tiempo cara a cara con otras personas, la mera presencia de un teléfono inteligente puede molestar y disminuir nuestra conversación. En un gran estudio del 2014 liderado por el Prof. Shalini Misra de la Universidad Tecnológica de Virginia, se le pidió a cien parejas mantener una conversación en un café de Washington. Aquellas parejas que conversaron ante la presencia de un teléfono inteligente (incluso cuando los teléfonos simplemente estaban apoyados sobre la mesa) reportaron menores niveles de empatía en sus conversaciones y una mayor sensación de alienación. Los resultados fueron particularmente sorprendentes cuando las parejas eran de amigos cercanos y no sólo de conocidos, quienes estuvieron mucho menos satisfechos con las conversaciones que fueron menos significativas ante la presencia de un teléfono inteligente.
Los teléfonos inteligentes también se asocian con sentimientos de soledad y depresión.
Los teléfonos inteligentes también se asocian con sentimientos de soledad y depresión. Los adolescentes que visitan a diario redes sociales pero ven a sus amigos con menor frecuencia están más de acuerdo con el sentimiento: “Muchas veces me siento solo” y “A menudo desearía tener más buenos amigos”. Las tasas de soledad se incrementaron abruptamente a comienzos de la década del 2010, y desde entonces no han disminuido. Entre los estudiantes del octavo año, utilizar los medios sociales a menudo se asocia con un incremento del 27% de depresión. Entre los adolescentes, pasar tres horas diarias o más con artefactos electrónicos tales como los teléfonos incrementa en un 35% las posibilidades de suicidio que en adolescentes que usan los medios sociales con menor frecuencia.
La correlación entre los medios sociales y la depresión se aplica también a los adultos. Una encuesta británica del 2016 descubrió que el 20% de los participantes afirmaban que interactuar con sus amigos a través de los medios sociales o artefactos electrónicos provocaba que luego se sintieran deprimidos.
Por otro lado, encontrar tiempo para dedicarse a actividades no electrónicas se asocia con mayores niveles de felicidad y sentimientos de conexión. Los adolescentes que dedican tiempo a hacer deportes, asistir a servicios religiosos o hacer otras actividades no electrónicas, tales como tareas escolares, tienen niveles mucho menores de depresión que sus pares obsesionados por la electrónica.
Sugerencias: Fija momentos en los que tu teléfono esté apagado y fuera de la vista. Cuando te encuentres con amigos para almorzar o tomar un café, considera declarar tu mesa una zona prohibida para teléfonos durante una hora o algo así. Establece tiempos en los cuales en tu familia no habrá teléfonos a la vista. Asegúrate de programar muchas actividades sin teléfono para ti y para tu familia, cuando puedan descansar, recargarse y conectarse sin distracciones.
3. El impacto negativo sobre tu salud.
Uno de los mejores actos que puedes hacer ahora mismo por tu salud es limitar el uso de tu teléfono inteligente.
Una de las víctimas del uso del teléfono inteligente es el sueño. Más del 60% de personas entre 18 y 29 años aseguran que duermen con sus teléfonos inteligentes en la cama. Oír los bips y pings de los mensajes constantes durante toda la noche tiene un efecto perjudicial sobre el sueño. La cantidad de adolescentes que no duermen lo suficiente creció rápidamente junto con el incremento en el uso de teléfonos inteligentes: en el 2015 había un 57% más de adolescentes con dificultades para dormir que en 1991.
Incluso si no llevamos los teléfonos inteligentes a la cama, leer de un teléfono inteligente o de otras pantallas de noche afecta negativamente el reloj interno de nuestro cuerpo: las luces LED de las pantallas electrónicas reducen nuestra melatonina, y hacen que nos cueste más dormir cuando pasamos la noche mirando una pantalla.
El profesor Kevin Morgan, director de la Clínica de Investigación del Sueño en la Universidad británica de Loughborough, señala que el tiempo que se pasa de noche frente a las pantallas es cualitativamente diferente a otras actividades. “Mirar la pantalla te involucra en una actividad intelectual de una forma diferente a leer un libro. Te lleva a un estado de alerta que es lo último que uno desea antes de irse a la cama”.
Los teléfonos inteligentes también se asocian con un incremento en los problemas de cuello/espalda porque nos inclinamos sobre nuestros teléfonos, y con mayores niveles de obesidad porque dejamos de lado otras actividades para permanecer en casa mirando nuestros teléfonos inteligentes; e incluso hacen que sea más fácil desarrollar problemas alimentarios tales como anorexia y bulimia (a través de las aplicaciones para contar calorías).
Cuando se trata de conducir, muchas aplicaciones que alientan a los usuarios a enviar información o fotografías mientras manejan, llevaron a un incremento de accidentes, después de años de descenso. Sólo durante los primeros 6 meses del año 2016 murieron 17.770 personas en las carreteras de los Estados Unidos, la mayoría como consecuencia de conductores distraídos. En el 2016 en los Estados Unidos, un 52% de los conductores que sufrieron accidentes de tráfico estaban usando sus teléfonos.
Los teléfonos inteligentes también afectan nuestra salud mental. Un estudio del 2016 de la Universidad de Illinois demostró que usar mucho los teléfonos inteligentes se asocia con menores niveles de salud mental. En particular la ansiedad y la depresión se asocian con un uso extenso de los teléfonos inteligentes.
Por cada media hora de tiempo de pantalla que tienen los bebés y los niños de menos de tres años, ellos experimentan un incremento del 49% de retraso en el lenguaje.
Para los niños pequeños, los riesgos a la salud de los teléfonos inteligentes son enormes. Un estudio del 2017 de la Universidad de Toronto y del Hospital para Niños Enfermos reveló que por cada media hora de tiempo de pantalla que tienen los bebés y los niños de menos de tres años, ellos experimentan un incremento del 49% de retraso en el lenguaje. Crecer en un hogar en el que se usan demasiado los teléfonos inteligentes también puede retrasar el desarrollo emocional del niño. La Dra. Jenny Radesky, una médica de Boston, comenzó a preocuparse cuando notó un incremento en la cantidad de padres que estaban pegados a sus teléfonos en vez de interactuar con sus hijos. La Dra. Radesky explica que cuando los niños aprenden el lenguaje, “aprenden sus propias emociones, aprenden cómo regularlas. Ellos aprenden al observar cómo nosotros mantenemos una conversación, así aprenden cómo leer las expresiones faciales de las personas. Y si esto no ocurre, los niños pierden pasos importantes de su desarrollo”.
Sugerencias: Trata de apagar tu teléfono inteligente por lo menos una hora antes de irte a la cama. Al usar un teléfono inteligente, trata de sostenerlo al nivel de tus ojos o más arriba, para minimizar el dolor de cuello y de espalda y nunca uses un teléfono inteligente que debas sostener en la mano mientras manejas. Como siempre, la clave es la moderación; considera designar momentos del día en los que estarás sin teléfono.
¿Qué podemos hacer?
Casi la mitad de los usuarios de teléfonos inteligentes en el año 2015 aseguraron que no podían imaginar la vida sin sus teléfonos, y sin duda esa cifra se ha incrementado desde entonces. Cuando gran parte de nuestras actividades escolares, laborales y la vida social tiene lugar en línea, puede parecer imposible desconectarse por completo. Sin embargo, dado los peligros reales de los teléfonos inteligentes, es esencial encontrar momentos en los cuales desconectarse.
Limitar el uso de los teléfonos inteligentes es uno de los actos más importantes que puedes llevar a cabo para mejorar tu vida de inmediato.
A pesar de que yo cuido Shabat y me desconecto por completo durante 25 horas cada semana, para pasar un día completamente focalizada en otras personas sin ninguna distracción electrónica, llegué a entender que eso no es suficiente. Con mi esposo tenemos una regla: en nuestra casa no hay teléfonos celulares entre las 7 y las 9 de la noche. Comenzamos a reforzar esta regla con mayor rigidez, exigiendo que todos silencien sus teléfonos y los coloquen en una mesa apartada durante esas dos horas. Pero después de leer sobre los peligros de los teléfonos inteligentes, quiero dar un paso más. Comencé a apagar mi celular una hora antes de irme a la cama, a apagarlo mientras manejo, y a decirles a mis amigos que cuando nos encontramos me gustaría que decidamos que no haya presentes teléfonos. También estoy tratando de pasar tiempo con mis hijos sin que haya teléfonos a la vista.
Los beneficios de limitar los teléfonos inteligentes son enormes. Dejar nuestros teléfonos puede incrementar nuestra inteligencia, elevar nuestras calificaciones, mejorar nuestra salud mental y física y ayudarnos a ser más felices y a estar más conectados con los demás. Es uno de los actos más poderosos que puedes llevar a cabo para mejorar tu vida de inmediato.