Jaiei Sara(Génesis
23:1-25:18)
Ver el bien en todo – Rav Baruj Leff
El potencial de
Ishmael
Algo que siempre
debemos recordar al estudiar Torá, es que el Jumash, los Cinco Libros de Moshé,
no consiste meramente en un conjunto de leyes, historias e ideas. Es la manera
en que el pueblo judío se conecta con Dios. El Rambán, Najmánides, escribe
místicamente en su introducción al Jumash que cada palabra y cada letra del
texto del Jumash es “un nombre de Dios”. Cuando estudiamos o recitamos
versículos de la Torá, nos ponemos en contacto con los nombres de Dios.
¿Qué es un nombre? ¿Y
qué es un nombre de Dios?
Un nombre es la forma
en que nos relacionamos con otro ser. Cuando llamamos a nuestro amigo por su
nombre, iniciamos una relación con esa persona durante el tiempo que dura la
comunicación.
Cuando estudiamos Torá y recitamos los nombres de Dios, nos comunicamos
continuamente con Él. Evocamos a Dios a través de Sus nombres y nos conectamos
con Él al intentar entender Su Torá, Sus mensajes para nosotros. A cambio, Él
nos guía en nuestro estudio. Esa es la razón por la que el Shulján Aruj,
el Código de ley judía, sugiere que recitemos una breve plegaria antes
de estudiar Torá, pidiéndole a Dios que nos dirija hacia un entendimiento
correcto y verdadero. Como alguien dijo: “Cuando rezamos, le hablamos a Dios;
cuando estudiamos, Dios nos habla a nosotros”.
Por lo tanto, en la Torá no hay palabras ni oraciones de más. Dios no
recibe pago por palabra. Sin embargo, a menudo nos encontramos con pasajes de
la Torá que parecen ofrecer poca claridad al lector común. La porción de
Torá de esta semana tiene uno de esos pasajes.
Estos son los
descendientes de Ishmael, hijo de Abraham, a quien Hagar, la egipcia, sirviente
de Sara, dio a luz para Abraham. Estos son los nombres de los hijos de Ishmael,
por sus nombres en orden de nacimiento. El primogénito de Ishmael fue Nebaiot,
y Kedar, y Adbel, y Mibsam. Y Mishmá, Dumá y Masá. Jadad, Temá, Yetur, Nafish y
Kedmá (Génesis 25:12-15).
¿Qué es lo que Dios quiere que aprendamos de estos versículos? ¿Qué nos
está diciendo Dios al escribir “sus nombres” en el listado de los hijos
de Ishmael? ¿Por qué tenemos que conocer y recordar durante toda la historia
los nombres de los hijos de Ishmael? ¿Cuál es el mensaje para nosotros?
Encontrar el bien
dentro del mal
La única solución
posible es que, para relacionarnos con Dios apropiadamente, debemos saber quién
es Ishmael y conocer su esencia. Dios valora a Ishmael como nación y quiere que
veamos la profundidad de la personalidad de Ishmael/árabe. Dado que Ishmael fue
hijo de Abraham, debe poseer un profundo potencial espiritual. Incluso mientras
luchamos una guerra necesaria en contra de tremendas fuerzas del mal, en algún
rincón de nuestra mente debemos comprender que hay en Ishmael un potencial
espiritual bueno al que es posible acceder.
¿Dónde podemos
encontrar ese bien?
Quizás es la
disposición de Ishmael a hacer sacrificios por el servicio a Dios.
El Midrash nos dice (Sanhedrín 89b): “Ishmael le dijo a Itzjak:
‘Yo soy más grandioso que tú, porque tú sólo tenías 8 dias de edad cuando
fuiste circuncidado (y apenas sentiste el dolor). ¡Yo tenía 13 años!”
Ishmael sirve a Dios
con mucha fe, plegaria y sacrificio. De hecho, su nombre mismo significa que
Dios escuchará sus plegarias como resultado de su sufrimiento y sacrificio
(Génesis 16:11).
Este sacrificio
personal por lo que Ishmael entiende que es el servicio a Dios existe en la
actualidad:
Todos odian la
muerte, le temen a la muerte, pero sólo los creyentes saben sobre la vida
después de la muerte y la recompensa después de la muerte. Recuérdate que
enfrentarás muchos desafíos. Pero debes enfrentarlos y entenderlos 100 por
ciento… Obedece a Dios, y no luches contigo mismo donde te debilitas, y
mantente firme; Dios permanecerá con quienes se mantienen firmes. Debes rezar,
debes ayunar. Debes pedirle a Dios que te guíe, debes pedirle a Dios ayuda…
Purifica tu corazón y límpialo de todo asunto material. El tiempo la diversión
y el derroche ha pasado. El tiempo del juicio ha llegado. Entonces, debemos
utilizar estas pocas horas para pedirle a Dios perdón…
Rézale a Dios para
que perdone todos tus pecados, para que me permita glorificarte en toda forma
posible. Dios, abre todas las puertas para mí. Dios, Quien responde plegarias y
responde a quienes Te piden, te estoy implorando por tu ayuda. Te pido perdón.
Te pido que alivies mi camino. Te pido que eleves la carga que siento. Dios,
Tú, Quien abres todas las puertas, por favor abre todas las puertas para mí,
abre todos los senderos para mí, abre todos los caminos para mí.
Estas palabras podrían ser el sermón de un sagrado rabino en Iom Kipur.
En cambio, son las palabras del malvado Mahoma Ata, tomadas de En los bolsos
del secuestrador, un llamado a la planificación, la plegaria y la muerte,
por Bob Woodward, Washington Post, viernes 28 de septiembre de 2001,
pág. A01.
Semejante dedicación,
en la lucha contra un mal inimaginable. Debemos preguntarnos a nosotros mismos:
¿qué sacrificamos por Dios en nuestra vida diaria, luchando por el lado del
bien?
Esta idea de
reconocer el valor y un bien potencial incluso en nuestros enemigos puede
aprenderse del orden de los sacrificios ofrecidos en la festividad de Sucot.
Durante toda la festividad se ofrecen 70 sacrificios que corresponden a las 70
naciones del mundo (la Torá considera a las naciones del mundo como 70 raíces
de las cuales se desprenden muchas otras naciones que son sus ramificaciones).
Esto se debe a que consideramos que todas las naciones del mundo son
importantes. Cada una tiene que cumplir un rol específico en el mundo de Dios y
rezamos para que Él, mediante estas ofrendas, las inspire para que se aboquen
al verdadero servicio Divino.
Y esto tiene lugar
precisamente en Sucot, porque en nuestras plegarias esta festividad es llamada
“la época de nuestro regocijo”. Cuando estamos felices con nosotros mismos,
vemos al mundo bajo una óptica positiva y podemos ver el bien en los demás,
incluso en las otras naciones, también en nuestros enemigos.
De acuerdo con
nuestros Sabios, Ishmael se arrepintió al final de su vida (Rashi 25:9).
Tenemos la esperanza y rezamos para ver al Ishmael de nuestro tiempo, a las
naciones árabes, unirse a nosotros en el adecuado servicio a Dios.
REF: – Rav Baruj Leff en
AishLatino.com
Con mucho agradecimiento al Rav Baruj Leff – y mucho
cariño,
Noel y Silvia
“La Porciúncula”
Guatemala
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