Tuesday, April 24, 2018

SANTO HERMANO PEDRO DE SAN JOSE BETHENCOURT, Laico (Primer Santo Canario)

24 de abril

SANTO HERMANO PEDRO DE SAN JOSE BETHENCOURT, Laico (Primer Santo Canario)

Fiesta (Solemnidad en la Orden Betlehemita) - Patrono de los Catequistas

 Pedro de Bethencourt, nacido de humilde familia en el pueblo de Vilaflor, Diócesis de Tenerife, Islas Canarias, tuvo un gran deseo en su vida: llevar la fe católica a las Indias Occidentales. Siendo aún muy joven, abandonó su patria y llegó a Guatemala, donde una grave enfermedad lo puso en contacto directo con los más pobres y desheredados. Recuperada inesperadamente la salud, se hizo apóstol de los cautivos y protector de los indios sometidos a trabajos inhumanos, de los emigrantes y de los niños huérfanos y abandonados a los que dedicó especial atención, construyendo escuelas para educarlos convenientemente con criterios calificados todavía hoy como modernos. Viendo las necesidades de los enfermos pobres, expulsados de los hospitales, fundó el primer hospital para convalecientes en el mundo. Meditando asiduamente el misterio del Nacimiento de Nuestro Señor jesucristo, fundó la Orden Bethlemita en honor de Jesús nacido en Belén.  Murió a la edad de cuarenta y un años el día 25 de abril de 1667.  Su Santidad Juan Pablo II decretó que fuese incluido entre los Beatos el día 22 de junio de 1980 y lo canonizó el 30 de julio de 2002 en la ciudad de Guatemala de la Asunción



LITURGIA DE LAS HORA

 Del común de Santos que se han consagrado a una actividad caritativa. Los salmos y el Cántico, del Domingo de la I semana


OFICIO DE LECTURA

Segunda lectura

 De los Tratados de S. Agustín, sobre la Carta de S. Juan (Trac. V, 12-13:SC 75, 268-270)


Hiera la caridad tus entrañas

 Hermanos: ¿dónde comienza la caridad? Atended un poquito; oísteis cómo se perfecciona. El fin y la perfección son expresados por el Señor en el Evangelio: «Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos». Luego su perfección la declara en el Evangelio; aquí recomienda su cumplimiento. Pero os preguntáis y os decís: ¿Cuándo podremos tener esta caridad? No desconfíes de ti al momento Quizá nació pero aún no es perfecta; foméntala para que no se ahogue. Pero me dirás: ¿Y cómo lo sé? Ya hemos oído cómo se perfecciona; oigamos como comienza. Prosigue el apóstol y dice: «Si uno tiene de qué vivir y, viendo a su hermano en necesidad, le cierra sus entrañas, ¿cómo va a estar en él el amor de Dios?». Ved como comienza la caridad. Si aún no eres capaz de morir por el hermano, sé, a lo menos, capaz de darle de tus bienes. Hiera la caridad tus entrañas, para que no lo hagas por jactancia, sino por la enjundia íntima de la misericordia, de modo que te intereses por él cuando está necesitado. Si no puedes dar a tu hermano de lo que te sobra, ¿podrás dar tu vida por él? Se halla depositado el dinero en tu arca, la que te pueden robar; y, dado caso que los ladrones no te la descerrajen, al morir la dejarás, si antes ella no te
abandona a ti viviendo tú. ¿Qué has de hacer, pues, con ella? Tiene hambre tu hermano, se halla en necesidad; quizá es apresado, es estrechado por el acreedor; él no tiene, tienes tú, es tu hermano; al mismo tiempo fuisteis comprados, uno mismo es el precio de vuestra compra. Ambos habéis sido redimidos con la sangre de Cristo. Ve si te compadeces teniendo bienes mundanos. Quizá dices: ¿A mi qué me importa todo esto? ¿Le daré dinero para que no sienta molestia? Si te dijese esto tu corazón, no mora en ti la caridad del Padre. Si la caridad del Padre no mora en ti, no naciste de Dios. ¿Cómo te gloriarás de ser cristiano? Tienes el nombre, más no los hechos. Si, manteniendo el nombre, queda postergada la obra, cualquier pagano te dirá: Muestra tú con hechos que eres cristiano. Porque si no muestras que eres cristiano, aunque todos te llamen cristiano, ¿de qué te aprovecha el nombre donde no existe la realidad? «Si uno tiene de qué vivir y, viendo a su hermano en necesidad, le cierra sus entrañas, ¿cómo va a estar en él el amor de Dios?»; y sigue: «Hijos míos, no amemos de palabra y de boca sino de verdad y con obras».  Pienso, hermanos míos, que se os declaró el grande y necesario misterio. ¿Qué valor tiene la caridad? Toda la Escritura lo expone, pero ignoro que en algún otro sitio se exponga más ampliamente que en esta Epístola. Os rogamos y pedimos en el Señor que retengáis en la memoria las cosas que oísteis, y que vengáis a oír con solicitud, hasta que se termine esta Epístola, las cosas que aún han de decirse. Abrid el corazón a la buena semilla arrancad las espinas para que no ahoguen en vosotros lo que se siembra, sino que más bien crezca la mies, y se alegrará el agricultor y os preparará el granero adecuado como a trigo, no el horno de fuego como a paja.

RESPONSORIO  Mt.25,35; Pr.19,17

 R/. Tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis. + Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis, aleluya.  V/. Quien se apiada del pobre, presta al Señor. + Os aseguro.

Oración


 Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo, tú concediste a Santo Hermano Pedro de Dan José de Betancour vivir el misterio de Cristo Redentor en la pobreza de Belén y de la cruz; concédenos que el espíritu de la Pasión de tu Hijo anime nuestra vida para que podamos servirte con una auténtica caridad fraterna.  Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo,y es Dios, por los siglos de los siglos. R/. Amén.

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