La Torá en chino - Lazer Gurkow
Treinta y siete días
antes de morir, Moshé se propuso enseñar la Torá. Pensarás que Moshé usó sus
últimas semanas para enseñar misterios hasta el momento desconocidos, pero no
hizo tal cosa. En cambio, tradujo la Torá a setenta idiomas.1
Todo esto para un
pueblo que no hablaba ninguna de estas lenguas. ¿Alguna vez has ido a una
conferencia en un idioma que no comprendes? Yo sí, y debo decirte que me quitó
toda inspiración. ¿Por qué Moshé enseñaba la Torá en idiomas que sus
estudiantes no entendían?
Esta misma pregunta
debería en realidad hacerse sobre Di-s. El Talmud enseña que Di-s dijo los Diez
Mandamientos en las setenta lenguas, aunque sólo fue escuchada la versión en
hebreo.2 ¿Qué sentido tenía hablar en lenguas que
nadie entendía, y mucho menos escuchaba?
Estas preguntas se
complejizan cuando consideramos que la Torá escrita incluye varias palabras en
arameo, en griego, en copto y en afriki,3 ¡lenguas que probablemente los judíos de
aquellos tiempos no conocían!
El talmud en arameo
Uno podría sostener
que traducir la Torá y los Diez Mandamientos a lenguas seculares trazó el
camino para los futuros rituales de los judíos en la diáspora. Para que uno no
crea que la Torá debería estudiarse y practicarse sólo en Israel, estas
palabras extranjeras serían testigos de que la Torá no es propiedad exclusiva
de los países que hablan hebreo.
Pero esto no
explicaría por qué el Talmud fue escrito en arameo. Puede sostenerse que el
arameo era la lengua judía coloquial de aquellos tiempos, y nuestros sabios
escribieron el Talmud en una lengua que la mayoría de los judíos de entonces
entendía. Aun así, ¿escribirlo en lengua coloquial es más importante que
documentar la Torá de Di-s en la lengua de Di-s?4
Orígenes lingüísticos
Las setenta lenguas
fueron creadas en la bíblica Torre de Babel. En el año 1996 desde la creación
(1765 AEC), los descendientes de Nóaj se reunieron para construir una torre
desde la cual planeaban declararle la guerra a Di-s. Como el grupo estaba
perfectamente unido por la herejía, Di-s se propuso dividirlo.
Di-s hizo que cada
tribu creara su propia lengua. El grupo, ahora dividido por sus diferencias
lingüísticas, ya no pudo cooperar en su empresa conjunta. Como ya no podían
entenderse entre ellos, las instrucciones y pedidos conducían a miradas
perdidas o a respuestas incorrectas. Pronto se comenzaron a frustrar los unos
con los otros y se dispersaron.5
¿Esto es apropiado?
La Torá destaca el
hecho de que la Torre de Babel no fuera construida con piedras, sino con
ladrillos.6 ¿Por qué esto es significativo? Los maestros
jasídicos explican que los ladrillos están hechos por el hombre, pero las
piedras fueron creadas por Di-s. Esta es precisamente la diferencia entre el
hebreo y las demás lenguas. El hebreo es una lengua divina, sus letras fueron
hechas por Di-s. Las lenguas seculares son producto de la convención humana.7
Esto refuerza nuestra
pregunta original: ¿Debería Di-s ser venerado en una lengua que es producto de
la convención humana?
Además, esta historia
indica que las lenguas seculares se engendraron en la sacrílega Torre de Babel.
¿Debería una lengua engendrada en la herejía ser usada en las veneraciones
religiosas?
Todo debe servir
Nuestros sabios
enseñaron que cada ser que ha sido creado debe prestar servicio para realzar la
gloria de Di-s.8 Si esto se cumple con los objetos físicos,
entonces también debe aplicar con seguridad al caso de las lenguas, incluidas
las que son producto de la convención humana.
Además, las letras y
las palabras son recipientes que contienen ideas, sentimientos y conocimiento.
Como todo el conocimiento proviene de Di-s, debe haber una chispa de divinidad
en cada letra, sin importar su idioma. Si las lenguas seculares no fueran
usadas en las veneraciones religiosas, las chispas divinas incrustadas en ellas
quedarían para siempre cautivas en su molde secular.
Cuando Di-s dijo los
Diez Mandamientos en las setenta lenguas, estableció un puente entre las letras
de la herejía y las letras de la fe, y así las lenguas seculares se elevaron
para ser usadas en el servicio divino. De una manera similar, la traducción que
hizo Moshé de la Torá a las setenta lenguas nos empoderó para que
convirtiéramos lo secular y mundano a la santidad de la Torá.9
Eliminar los bastiones
¿Por qué Moshé esperó
casi cuarenta años antes de traducir la Torá? ¿Por qué las traducciones de Di-s
de los Diez Mandamientos no fueron oídas por los pueblos? A causa de Sijón y
Og, monarcas de los reinos emorita y de Basán.
Los pueblos vecinos
les pagaron a estos reinos poderosos e influyentes para que defendieran sus
fronteras frente al avance de los judíos. Los místicos ven en estos reinos no
sólo un bastión físico contra los judíos, sino también un bastión espiritual
contra la Torá. Sijón y Og se resistieron a la influencia de la Torá sobre los
setenta pueblos y al uso de la Torá en las setenta lenguas. Cuando estos
poderosos reinos fueron finalmente derrotados,10 Moshé pudo traducir la Torá. Su destrucción
significó el fin de su resistencia. Ahora existía un camino para que lo secular
fuera santificado y lo mundano fuera elevado. Las setenta lenguas podían ahora
ser introducidas al ámbito sagrado de la Torá.11
Es por esto que
nuestros sabios escribieron libros sobre la Torá en lenguas seculares en lugar
de escribirlos en la lengua sagrada. El Talmud fue escrito en arameo. El Rambam
escribió libros en árabe. Rashi solía traducir las palabras del hebreo al
francés. Esta tradición se continúa hoy cuando escribimos y estudiamos la Torá
en castellano.
Cada vez que se
enseña la Torá en una lengua secular, las letras y oraciones de esa lengua son
introducidas a ámbito de lo sagrado, y sus chispas se redimen. Esto purifica de
manera gradual nuestro mundo y nos acerca inexorablemente al tiempo de
revelación divina absoluta: la era mesiánica.
NOTAS AL PIE
Rashi a Devarim 1:5; ver Midrash Tanjuma, Devarim 2. Había
setenta pueblos en los tiempos bíblicos, por eso las setenta lenguas.
Talmud, Shabat 88b.
Cf. Bereshit 31:47 y Shemot 13:16.
Haz click aquí para ver una interesante discusión sobre el Talmud y las lenguas
judías coloquiales.
Bereshit 11:1-9.
Ibíd., versículo 3.
Ver Likutei Sijot, vol. 6, pp. 13–25.
Ética de los padres 6:11.
Ver Shem Mishmuel (por rabí Shmuel Bornsztain, rebe de Sojatjov,
1855–1927) a Devarim 1:5, y Torá Ohr (por rabí Sjneur Zalman de
Liadi, fundador del jasidismo de Jabad, 1745–1812), Shemot 87b.
Bamidbar 21:21-35.
Ver Shem Mishmuel, ibid., y Sefat Emet (por rabí Yehuda Aryeh Leib Alter
de Ger, 1847-1905).
BY LAZER GURKOW
Rabbi Lazer Gurkow is
spiritual leader of Congregation Beth Tefilah in London, Ontario, and a
frequent contributor to The Judaism Website—Chabad.org. He has lectured
extensively on a variety of Jewish topics, and his articles have appeared in
many print and online publications. For more on Rabbi Gurkow and his writings,
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paradojico que ahora en la Rusia Judia (existe una minoria en Bielorusia, bien arraigada al Judaismo puro, Abrhahanico, que se lea en lengua vernacula. BR, איתך שלום
ReplyDeleteAAlfaro