Friday, August 31, 2018

La Historia De Isaac e Ismael: Sara (peshat) By Julia Blum


La Historia De Isaac E Ismael: Sara (peshat)
By Julia Blum - agosto 23, 2018
Una decisión dolorosa
Seguimos con nuestra dramática historia y nos movemos ahora hacia la parte de Sara.[1] Notablemente, la primer cosa que aprendemos sobre Sara es el hecho de su esterilidad (repetido dos veces): “Mas Sarai era estéril, y no tenía hijo”.[2] Esta breve observación sucede incluso antes de que se le diga a Abraham que vaya a Harán, y quiere decir mucho: para una mujer casada, ser estéril era algo de lo más terrible que pudiera suceder. Significaba que el dolor de su deficiencia, la vergüenza y la culpa era algo con lo que Sara tenía que vivir —y con lo que había batallado— durante muchos años. Y probablemente, explica por qué no escuchamos mucho sobre Sara durante los primeros años en la Tierra: humillada por su esterilidad, ella se mantuvo en silencio y obediente.
Las primeras palabras que escuchamos sobre ella, encabezan nuestra historia:“Dijo entonces Sarai a Abram: Ya ves que Jehová me ha hecho estéril; te ruego, pues, que te llegues a mi sierva; quizá tendré hijos de ella. Y atendió Abram al ruego de Sarai”.[3] En hebreo, ella está diciendo: “Quizás yo seré edificada a partir de Ella”. La misma palabra “edificar” que es usada aquí, la encontramos por ejemplo, en la historia de Babel: “Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad…”[4] Todos conocen el final de la historia de Babel —y la historia del plan de Sara también es una lección triste y una advertencia severa para quien quiera edificarse a sí mismo por sus propios medios—: Solo dolor y devastación es el resultado de tales planes. “Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican”.[5]
Años difíciles
No entiendo cómo fuentes judías pueden decir que Sara estaba completamente libre de pecado” cuando en el capítulo 16 se describe claramente el desprecio de Sara hacia Agar. Quizás el comportamiento de Agar no fue fácil, pero todo el escenario fue obra de Sara, y ella debía haber estado preparada para las consecuencias. Sin embargo, ella no estaba preparada. La verdad es que ninguno de nosotros está preparado para hacer frente a las consecuencias de nuestros planes o actitudes. La Biblia no proporciona ningún detalle específico sobre lo que Sara le hizo a Agar, pero no hay duda de que lo que ella hizo fue bastante malo, y huir hacia el desierto no parecía la mejor opción para Agar.
Entonces, llegó el día en que nació Ismael. No sabemos mucho respecto a los trece años que pasaron entre el último versículo del capítulo 16 y el primer versículo del capítulo 17 —pero sí sabemos que en todos esos años, Abraham había estado completamente seguro de que Ismael era el hijo del pacto y que todas las promesas y los planes de Dios estaban puestos sobre él—. Sara debía haberse sentido excluida, no solo de la maternidad, no solo de la alegría de la paternidad— la alegría que su marido estaba experimentando ahora a cada momento —pero también del pacto eterno, también de todo lo que Dios había prometido a Abraham, a su familia y a sus descendientes—. Este sentimiento debía haber sido absolutamente devastador.
Aún así, Sarai no podía transformarse en Sara, no podía llegar a ser la madre y la Matriarca, si su corazón no estaba sanado, si ella eventualmente no alcanzaba la paz, si ella no se reconciliaba con sus circunstancias y con su vida. Sí, esos trece años fueron años de continua humillación y dolor para Sara; pero obviamente, a través de ese dolor, Dios había estado ocupándose de ella. Y sanándola. Y solo entonces —cuando Sara había sido completamente cambiada y sanada interiormente— llega el capítulo 18, trayendo a su vida un sorprendente, increíble e inconcebible cambio exterior: ella tendrá un hijo. Mucho se ha dicho y escrito sobre la famosa risa de Sara “para sus adentros”. Naturalmente era una risa de incredulidad: “¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señorya viejo?”[6] Sin embargo, había mucho más en esa risa que incredulidad y duda. Una vez más, Dios no le falló a ella; una vez más, Él no la abandonó; una vez más, Él mismo la salvó y protegió de su vergüenza y dolor; una vez más, Él la justificó y restauró completamente. Después de largos años sintiéndose humillada, avergonzada y excluida del pacto de Dios y de todo el plan de Dios —después de largos años aprendiendo a reconciliarse con sus sentimientos— ahora, Sara estaba celebrando su reivindicación. Ella ya no estaba excluida; ella pertenecía.“El hace habitar en familia a la estéril,que se goza en ser madre de hijos.[7] ¡Era una risa de fe victoriosa!
¿Qué vio Sara?
Y ahora llegamos a la escena dramática, a la “dinámica familiar”de Génesis 21. Isaac tiene dos o tres años y en ese momento y acaba de ser destetado. Una gran fiesta se había celebrado para esta ocasión. Probablemente, durante la fiesta, o más o menos en ese momento, Sara ve que Ismael, ahora un joven de 16 o 17 años,metzahek—“riendo” o “jugando” o “burlándose”—: “Y vio Sara que el hijo de Agar la egipcia, el cual ésta le había dado a luz a Abraham, se burlaba de su hijo Isaac. Por tanto, dijo a Abraham: Echa a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de heredar con Isaac mi hijo”.[8] Para que podamos entender el versículo 10, cuando Sara pide a Abraham que eche a Ismael y a su madre, tenemos que entender qué sucedió en el versículo 9. ¿Qué vio Sara?
La palabra  hebrea metzahektiene diferentes significados, y nadie sabe con seguridad qué significa aquí. Algunos comentaristas sugieren una connotación sexual. Después de todo, esta es la misma palabra que encontramos en Génesis 26, donde se refiere a Isaac y Rebeca, sin duda con un significado sexual: “Isaac que acariciaba (metzahek) a Rebeca su mujer”.[9] ¿Tiene aquí el mismo significado? ¿Ismael estaba molestando sexualmente a Isaac? ¿Y fue la causa de este abuso sexual lo que enfureció tanto a Sara? Sin embargo  en Génesis 26 el nombre de Rebeca está claro en la frase, Isaac metzahek a Rebeca; mientras que en nuestro caso, basado en el mismo texto, todavía está más claro que Ismael estaba interactuando con Isaac en el momento en que Sara lo vio: Isaac no es mencionado del todo en esta frase. Así pues, ¿qué vio Sara y por qué su reacción fue tan turbulenta? Y todavía más importante: ¿por qué Dios apoyó a Sara? ¿Por qué Dios respaldó completamente lo que parecía ser una reacción exagerada de una madre sobreprotectora?
Vayamos al hebreo en busca de respuesta. Si conoces las letras hebreas, podrás reconocer que la palabra metzahek, מצחק, tiene la misma raíz que Itzhak : יצחק.Por eso, puede leerse como un verbo, formado por la raíz de Isaac. Sara vio que Ismael estaba “Isaacing”, o lo que sea que pueda significar. Probablemente Ismael estaba intentando ocupar el lugar de Isaac, tal vez en la familia de Abraham, tal vez en el plan de Dios, tal vez en ambos casos. Ismael era un hijo natural, haciéndose hombre. Él había sido concebido naturalmente, a diferencia de Isaac quien fue el hijo de un milagro, concebido y nacido de forma totalmente sobrenatural. Solo hay una cosa que puede hacerme comprender el apoyo de Dios a la expulsión de un chico adolescente de su familia: Dios no quiere que una realidad de Dios sea reemplazada por una hecha por el hombre; hecho por el hombre y hecho por Dios no debe ser confundido o mezclado. En mi opinión, esta inesperada —y solo visible en hebreo— explicación, toma en cuenta no solo la reacción furiosa de Sara, sino también la orden de Dios de desterrar a Ismael.

Si quieres aprender más sobre la historia de Isaac e Ismael, puedes leer mi libro: Abraham had two sons. Da clic aquí para obtener el libro:  https://blog.israelbiblicalstudies.com/julia-blum/   
[1] Para conveniencia del lector, usaremos el nombre de Sara en todo el artículo (excepto en la cita de la Escritura, anterior a Génesis 17).
[2] Génesis 11:30
[3] Génesis 16:2
[4] Génesis 11:4
[5] Salmo 127:1
[6] Génesis 18:12
[7] Salmo 113:9
[8] Génesis 21:9,10
[9] Génesis 26:8
About the author
Julia Blum - Julia is a teacher and an author of several books on biblical topics. She teaches two biblical courses at the Israel Institute of Biblical Studies, “Discovering the Hebrew Bible” and “Jewish Background of the New Testament”, and writes Hebrew insights for these courses.
Con agradecimiento a nuestra profesora Julia Blum, y con mucho cariño para todos nuestros hermanos,

Sus hermanos,
Noel & Silvia
“La Porciúncula”
Guatemala, La Bella

Thursday, August 23, 2018

La Historia De Isaac E Ismael: Abraham by Julia Blum





La Historia De Isaac E Ismael: Abraham (peshat)


La Historia De Isaac E Ismael: 
Abraham (peshat)
By Julia Blum - agosto 16, 2018
Una solución “perfecta”
La última vez vimos a Abraham recibiendo la maravillosa promesa de Dios en Génesis 15. Así pues, en el capítulo 16 donde empieza la historia de Agar e Ismael, ya conocemos dos cosas importantes sobre Abraham: su fe en Dios y su deseo de tener un hijo. Estas dos cosas no solo definen a Abraham, sino que están enlazadas en su corazón: sí, él desea desesperadamente ser padre, pero también como prueba de fe y obediencia, sabe que ha de tener un hijo.
Por eso, cuando Sara le presenta su “plan Agar”, él ve en ello la solución perfecta para lo que parecía ser un problema sin solución. Sara estaba bien avanzada en años para tener hijos, por eso, evidentemente era incapaz de tener un hijo. Por otra parte, el Señor le había prometido un descendiente “de su propio cuerpo”, era obvio pues, que otra mujer tuviese ese hijo. Sin embargo, si esa mujer era la sirvienta de Sara, su hijo aún sería legalmente considerado como hijo de Sara. Brillante.
¿Puedes imaginar los sentimientos de un anciano de 86 años quien toda su vida había estado sin hijos? —quien no solo durante muchos años había estado soñando con un hijo, sino durante muchas décadas, y ahora finalmente iba a tener un hijo?— Cuan bendecido y orgulloso debía haberse sentido sosteniendo en sus manos esta prueba viviente de la fidelidad de Dios a Sus promesas. Recuerda: aún así sabemos que Ismael no era el hijo de la promesa, Abraham no lo sabía. Durante trece años, desde el momento en que nació, Abraham vio a Ismael como su heredero físico y espiritual. Él amó muchísimo a su hijo, su corazón estaba satisfecho con Ismael, y durante esos alegres años, de alguna manera, un dato “pequeño” se escapó de su atención: Dios ya no le estaba hablando. Fuimos testigos del encuentro de Abraham con Dios en el capítulo 15, cuando él tenía 85 u 86 años. La próxima vez que el Señor se apareció a Abraham fue en el capítulo 17, cuando él tenía 99. Al menos durante trece años no tenemos registro de que Dios hablara con Abraham.

Nuevo encuentro
¿Se dio cuenta Abraham de que Dios no había vuelto a hablar con él? Las Escrituras no dicen nada referente a estos trece años en que Ismael fue el único hijo de Abraham. Aún así, cuando el Señor se le aparece a Abraham en el capítulo 17, hay que remarcar que la única cosa que nosotros (y Dios) escuchamos de Abraham en este capítulo, es la súplica por su hijo: “Ojalá Ismael viva delante de ti”.[1]
Presta mucha atención: Abraham dijo estas palabras cuando Dios ya le había dicho algo sobre otro hijo. Tal como leemos en el capítulo 17, donde Dios se le aparece a Abraham después de trece años de silencio, vemos que la promesa que sacudió el mundo de Abraham —de que tendría otro hijo—solo viene en el capítulo 16. Sin embargo, fue precedido por un largo discurso, en el cual Dios le contó a Abraham sobre el pacto con él y sus descendientes para siempre. Dentro de los catorce primeros versículos del capítulo 17, la palabra pacto” aparece diez veces; la palabra descendiente” aparece cinco veces y todos estos sucesos ocurren antes del versículo 16 —antes de que Abraham escuchara por primera vez que tendría un hijo con Sara—. Eso significa que todo este tiempo, mientras escuchaba al Señor hablando sobre el pacto y los descendientes, Abraham obviamente piensa en Ismael, porque hasta ese momento, no tiene ningún otro descendiente. Entonces llegaron las últimas noticias de Génesis 17:16: “Dijo también Dios a Abraham: A Sarai tu mujer…Y la bendeciré, y también te daré de ella hijo”—personalmente no creo que Abraham estuviese especialmente emocionado al escuchar esto. Era un hombre viejo, ya tenía un hijo, su corazón y su vida estaban satisfechos con Ismael, e incluso no estaba seguro de desear otro hijo. Estas noticias fueron tan inesperadas, tan inconcebibles y probablemente tan incómodas, que Abraham no tuvo prisa de contárselo a Sara: cuando Sara lo escucha en el capítulo 18, se ríe con la famosa risa para sus adentros”, lo cual muestra claramente que es la primera vez que ella escucha algo así.

¿Huésped o huéspedes?
Según comentarios judíos, tan solo habían pasado unos días entre la aparición de Dios a Abraham en el capítulo 17 y Su aparición entre los árboles de Mamre en el capítulo 18. Abraham aún no estaba completamente recuperado después de su circuncisión al final del capítulo 17. La Torá no menciona esto. En su lugar, se nos muestra algo sorprendente, que en mi opinión refleja la lucha en el corazón de Abraham después de su encuentro con Dios en el capítulo 17. El famoso comienzo del capítulo 18: “El Señor se le apareció a Abraham” es seguido por la conversación de Abraham con sus huéspedes, y es aquí, en esta conversación, que descubrimos signos de inseguridad en Abraham que están completamente perdidos en la traducción. Mira en el texto hebreo de abajo, incluso si no sabes del todo hebreo, puedes ver por la diferencia de colores que el hebreo aquí cambia del singular (subrayado) al plural (resaltado) —reflejando claramente la inseguridad de Abraham sobre si los visitantes eran humanos o divinos—. Por ejemplo, hay una controversia sobre si Adonai aquí debe ser leído como palabra sagrada, “Señor”,o como una palabra regular en plural “señores”. Creo que justo aquí, justo después del capítulo 17 con las últimas noticias, esta interacción entre singular y plural llega como una expresión de la indecisión y lucha interna de Abraham entre lo natural y lo sobrenatural: si creyó —o si quiso creer— esta promesa sobrenatural.
ג  וַיֹּאמַר:  אֲדֹנָי, אִם-נָא מָצָאתִי חֵןבְּעֵינֶיךָ–אַל-נָא תַעֲבֹר, מֵעַל עַבְדֶּךָ.
3 Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo.
ד  יֻקַּח-נָא מְעַט-מַיִם, וְרַחֲצוּ רַגְלֵיכֶם; וְהִשָּׁעֲנוּ, תַּחַת הָעֵץ.
Que se traiga ahora un poco de agua, y lavad vuestros pies; y recostaos debajo de un árbol,
ה  וְאֶקְחָה פַת-לֶחֶם וְסַעֲדוּ לִבְּכֶם, אַחַר תַּעֲבֹרוּ–כִּי-עַל-כֵּן עֲבַרְתֶּם, עַל-עַבְדְּכֶם;וַיֹּאמְרוּ, כֵּן תַּעֲשֶׂה כַּאֲשֶׁר דִּבַּרְתָּ.
5 y traeré un bocado de pan, y sustentad vuestro corazón, y después pasaréis; pues por eso habéis pasado cerca de vuestro siervo. Y ellos dijeron: Haz así como has dicho.
Por favor, no me malinterpretes. No estoy diciendo que Abraham no estaba feliz con el nacimiento de Isaac o que él no amaba a su hijo pequeño. Desde luego, él amó a Isaac; no hay ninguna duda sobre ello. Sin embargo, él había amado a Ismael durante trece años antes de escuchar algo sobre Isaac, y durante esos trece años, no había esperado que nadie más ocupase su lugar. Trece años es un tiempo muy largo, y durante todo ese tiempo, Ismael había sido su único hijo y heredero. Desde luego, después de este nacimiento sobrenatural de Isaac, Abraham supo, más allá de cualquier duda, qué hijo había de ser el hijo de la promesa; pero necesitamos recordar que él todavía amaba mucho a Ismael, y este es el lazo —el lazo de su enorme amor hacia ambos hijos y del plan de Dios— el cual intentamos desvelar aquí.


Extractos de mi libro “Abraham had two sons” están incluidos en este artículo, por eso, si te gustó el artículo, también podrías disfrutar del libro. Da clic aquí para obtener una muestra gratis:  https://blog.israelbiblicalstudies.com/julia-blum/   
[1] Génesis 17:18
.
Sinceramente,

Julia Blum
Profesora Adjunta, Dept. de Estudios Bíblicos,
IsraelBiblicalStudies.com

Shalom!
Con agradecimiento a Julia Blum de Israel Biblical Studies - su libro en inglés es fabuloso... los que medio lo puedan, se los recomiendo... 
Con mucho cariño,
Noel & Silvia
"La Porciúncula"
Guatemala, La Bella



Wednesday, August 22, 2018

El verdadero rostro de Moises - Yakov Rosenberg - Israel Biblical Studies

El error más famoso en el arte occidental


La estatua de "Moisés" hecha por Miguel Ángel en 1515 es una de las esculturas más celebradas en el arte occidental. Representa a Moisés sosteniendo noblemente las tablas de la Ley después de descender del Monte Sinaí por segunda vez. Extraordinariamente, ¡Moisés tiene dos cuernos en la parte superior de su cabeza! Por siglos, ¡millones de personas en todo el mundo han creído erróneamente que Moisés tenía cuernos en la cabeza! ¡¿Cómo sucedió esto?!

Moisés - Pérdida en la traducción


Esto en realidad es un error causado por la traducción. El versículo que describe a Moisés descendiendo del Monte Sinaí describe su rostro usando la palabra karan קרן. Sin embargo, en hebreo esta palabra se puede leer de dos maneras diferentes: keren (קֶרֶן) que significa "un cuerno" y karan (קָרַן) que significa "brillaba / estaba radiante". De hecho, el verso realmente dice "él no era consciente de que su rostro estaba radiante (karan) porque había hablado con el Señor". (Éxodo 34:29)
  

La solución: volver a la fuente hebrea


La verdad de las historias bíblicas solo se puede encontrar en el hebreo original de las Escrituras. Esta famosa obra de arte es solo un ejemplo de las consecuencias de una mala traducción de la Biblia. En lugar de confiar en la traducción, es hora de aprender el hebreo original de la Biblia por ti mismo. Al leer hebreo, omitirás la traducción y redescubrirás las historias que creías conocer. ¡Inscríbete hoy en nuestros cursos de hebreo en vivo y en línea! 

Tuesday, August 21, 2018

San Pio X - ACI Prensa

Queridos hermanos,

Aqui un asombroso video sobre San Pio X. Es increible y seguramente lo hemos pasado inadvertido en otras ocasiones... Shalom!

https://www.aciprensa.com/noticias/8-datos-curiosos-sobre-la-vida-del-papa-san-pio-x-67025?utm_source=boletin&utm_medium=email&utm_campaign=noticias_del_dia


Con mucho cariño,
Noel y Silvia
"La Porciúncula"
Guatemala, La Bella.

Si no sirve el Link, darle al Google!

Friday, August 17, 2018

7 frases para tener una familia tranquila - por Adina Soclof en AishLatino.com

7 frases para tener una familia tranquila

7 frases para tener una familia tranquila

Acostúmbrate a usar estas expresiones para infundir calma en tu hogar.

por 
Siempre buscamos la forma de mantener la paz en nuestro hogar en medio de este mundo moderno y caótico. Aquí hay algunas frases que pueden infundir de inmediato calma en la vida de tu familia.
1. “Nos tomemos un descanso”.
Después de hacer las compras, o al dedicarse a cocinar y limpiar, todos necesitan un descanso. Esta frase ayuda a los niños a aprender qué importante es detenerse, relajarse y volver a agruparse. Esta frase es especialmente importante cuando los niños tienen un momento difícil con sus tareas escolares. Una bebida, un bocadillo o jugar un rato los puede ayudar a volver a enfocarse. Esta frase también es muy buena cuando los niños comienzan a ponerse nerviosos entre ellos. Los hermanos pueden encontrar diferentes áreas de la casa para tomarse cada uno un descanso.
2. “Tengo que pensarlo…”
Cuando los niños nos piden un par de zapatillas muy caras que tienen todos sus amigos o una nueva locura que se puso de moda y que no responde a nuestros niveles de vestimenta, responder instantáneamente “no” puede transformarse muy fácil en una pelea. Usar esta frase ayuda a apretar el botón de pausa, nos da un tiempo para pensar sobre el pedido o encontrar una solución (Yo puedo pagar la mitad de las zapatillas). También nos puede dar el tiempo para formular el “no” de una forma que nuestros hijos puedan escuchar (“Sé que deseas mucho esa camisa. ¿Se te ocurre por qué es posible que no sea una buena idea comprarla?”).
3. “No acusamos; buscamos soluciones”.
Esta frase evita que comiencen a señalar con el dedo y les enseña a los niños a moverse en busca de una solución. Cuando se derrama la leche pueden buscar un trapo y limpiar la leche. En vez de gritarle al hermano por sacar su juguete sin pedir permiso, pueden pedirle que se los devuelva. Respecto a los padres, en vez de enojarse porque las bicicletas quedaron afuera, pueden pedir con calma que las entren.
4. “Dado que nuestro objetivo es tener una familia tranquila, ¿cómo podemos lograrlo?”
Esta frase es un poco cursi y es mejor utilizarla con los niños más pequeños. Es brillante porque presupone que tener una familia tranquila es y debe ser nuestro objetivo y también el objetivo de nuestros hijos. Cuando todos estén discutiendo respecto a dónde ir a cenar, qué hacer un domingo o quién debe sacar la basura, esta es una frase maravillosa. Además, si comienzas a usar esta frase cuando son pequeños, podrás seguir utilizándola cuando tus hijos sean adolescentes. Sin duda provocará algunas miradas burlonas, pero de todas maneras funcionará.
5. “¿Cuándo vas a poder…?”
En vez de decirle al niño directamente: “saca la basura” o “¡tiende la mesa!”, puedes comenzar el pedido diciendo: “¿Cuándo vas a poder…?” La frase engendra buena voluntad y respeto. También implica que sabes que la tarea se cumplirá. Si tu hijo acostumbra a no hacer sus tareas o es olvidadizo, puedes agregar: “¿Puedes decirme a qué hora estará hecho?”. También puedes decirle: “Si a las 5 de la tarde todavía no lo has hecho, ¿cómo deseas que te lo recuerde?”.
6. “¿Este es un buen momento para conversar?”
Cuando necesites tener una conversación seria con alguien de tu familia, necesitas evaluar su estado de ánimo. Me parece que esto es especialmente cierto con los varones, a quienes les cuesta más hablar. También puedes decir: “¿Cuándo será un buen momento para que conversemos?” o “Necesito algunos minutos de tu tiempo para hablar sobre… ¿Cuándo estarás disponible?”
7. “Me parece que tuvimos un malentendido”
Los malentendidos ocurren muchas veces en las familias. “¡Pensé que tú buscarías la cena!”. “¿La feria de ciencias es mañana? ¡Pensé que dijiste que era el jueves!”. Esta frase puede suavizar las cosas y enseñarles a los niños que los malos entendidos son parte de la vida y pueden manejarse con ecuanimidad. A continuación debe decirse: “Lamento mucho el malentendido”, y rectificar de alguna forma el inconveniente. “¡Ahora preparo unos fideos!” “Vamos a pensar algo todos juntos…”