Rosh HaShaná y Iom Kipur según la cábala
Los diez días de retorno son un microcosmos de la historia
del mundo.
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Los días desde Rosh HaShaná hasta
Iom Kipur se conocen como los ‘diez días de retorno’ o aseret iemei teshuvá en
hebreo. En ellos, Dios decreta todo lo que le va a ocurrir a cada persona el
próximo año. Por este motivo es muy importante que entendamos de qué se
tratan y los usemos de la mejor forma posible.
La percepción superficial de la historia del mundo es que a
partir de su comienzo eventos ocurren de forma aleatoria y así van trazando su
dirección. Según esta filosofía, no tiene sentido hablar del “fin del mundo”, a
menos que se refiera a algún evento trágico con respecto a nuestro
planeta. Sin embargo, el judaísmo enseña que Dios dirige los eventos del
mundo, de forma tal, que el futuro se va a "reencontrar" con el
comienzo. O sea, en el futuro Dios va a enviar al Mesías y a través
de él, Dios se va a revelar ante el hombre como el ‘Rey del Universo’. En ese momento
toda la humanidad lo reconocerá como el único y verdadero Creador. A partir de
ahí, comenzará el proceso de transformación de este mundo a una nueva y
diferente dimensión llamada el “Mundo Venidero”. Ahí Dios recompensará a los
justos donde vivirán para siempre.
Analizando un aspecto simbólico de los números según el
judaísmo:
El número uno instruye sobre la total unicidad de Dios,
como dice la famosa canción: “¿Quién sabe lo que representa el número uno?” (ejad,
mi yodea?) y sobre el hecho de que Él es el Creador del universo. La
aparente noción de que acontecimientos ocurren de forma aleatoria se representa
a través del número dos, hasta el número nueve. El número diez expresa la
cohesión de todo lo ocurrido en la historia, como eslabones de la cadena
confeccionada por Dios. Resulta que el número uno alude al comienzo del mundo y
el número diez simboliza el final de los días.
Los diez días de retorno vienen a enseñar este concepto y en
efecto son un microcosmos de la historia del mundo, desde su comienzo
hasta su fin.
En el rezo de Musaf de Rosh HaShaná expresamos este concepto
al recitar 10 versículos del Tanaj que describen a Dios como Rey en
el pasado, en el presente y en el futuro. Después recitamos 10 versículos del
Tanaj que describen como Dios fue misericordioso con la
humanidad en el pasado y lo mismo hará en el futuro con el pueblo judío,
trayendo al Mesías y reuniéndolos en la tierra de Israel. Finalmente recitamos
10 versículos del Tanaj que hacen alusión al shofar que escuchó el pueblo de
Israel en el Monte Sinaí, cuando Dios se reveló para dictarles los Diez
mandamientos, y al shofar que Dios tocará en el futuro con la venida del
Mesías.
Una perspectiva de estos días según la cábala
La cábala enseña que Dios creó y dirige el mundo a través
de diez atributos llamados sefirot y cada uno de ellos muestra un aspecto
diferente de Dios. La primera sefirá se llama Kéter (corona)
y representa la voluntad de Dios (ratzón) de crear el mundo para beneficio
de sus habitantes. La segunda es Jojmá (sabiduría) y simboliza la planificación
empleada por Dios al crear y al dirigir el mundo. La tercera es Biná
(entendimiento) que alude al detallado raciocinio utilizado por Dios. La
palabra biná en hebreo es semejante a la palabra boné, que significa el
proceso de edificar a través de colocar juntos una enorme cantidad de
bloques. De forma similar, el entendimiento surge a través del análisis
detallado de cualquier información. La décima sefirá se llama Maljut (reinado)
y representa la relación de Dios con el mundo como la única y real Fuente
de poder y de control de todo lo que ocurre.
Los 2 días de Rosh HaShaná equivalen a las primeras 2
sefirot: Kéter y Jojmá por el siguiente motivo:
El comienzo del año representa la creación del mundo en
el proceso del Génesis. “Al comienzo Dios creó los cielos y la tierra” (“Bereshit
bará Elokim et hashamaim veet haaretz"). Uno de los secretos de la palabra
bereshit se revela al separar la palabra en dos: be y reshit. ‘Be’
representa al número 2 en guematria y reshit significa ‘primordial’. O sea, que
a través de 2 sefirot: Kéter y Jojmá, Dios creó lo primordial. Con Kéter creó
al Mundo Venidero y con Jojmá creó a este mundo.
En el primer día de Rosh HaShaná fortalecemos
nuestra voluntad (ratzón) de escoger hacer el bien y de querer vivir en el
Mundo Venidero. Cuando suplicamos en los rezos: “recuérdanos para la
vida…” (“zojreinu lejaim…”) nos referimos a la vida eterna. También utilizamos
el shofar para expresar que este deseo nace de la profundidad del alma, a grado
tal, que no se puede definir con palabras.
En el segundo día de Rosh HaShaná definimos nuestras metas
para el año nuevo en un nivel general.
En los días intermedios desarrollamos con más detalle cómo
alcanzar esas metas.
Iom Kipur equivale a la sefirá de Maljut. Maljut representa
el reinado de Dios que será revelado con la venida del Mesías. Iom Kipur es el
único día al año, en el que inmediatamente después de decir el Shemá Israel,
recitamos en voz alta la alabanza “bendito sea el nombre de su glorioso
reinado, por toda la eternidad” ("baruj shem kevod maljutó leolam
vaed"). Al recitar estas palabras nos enfocamos en nuestra misión en la
vida y durante el resto del día expresamos nuestro arrepentimiento de habernos
equivocado y nuestra resolución de retornar al camino correcto.
Que Dios abra nuestros corazones y nos ayude a aprovechar
estos días tan valiosos de la mejor forma posible.
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