(347-407)
Fiesta: 13 de Septiembre.
Obispo de Constantinopla, Doctor de la Iglesia. Patrón de los predicadores.
Llamado "boca de oro" por su gran elocuencia
De sus homilías:
El valor de la sangre de Cristo
Pablo lo sufrió todo por amor a Cristo
Cinco caminos de penitencia
Comentario al Evangelio de S. Mateo
Partícipes de la pasión de Cristo
Si somos ovejas, vencemos; si nos convertimos en lobos, somos vencidos
Sal de la tierra y luz del mundo
Al adornar el templo, no desprecies al hermano necesitado
El valor de la sangre de Cristo
Pablo lo sufrió todo por amor a Cristo
Cinco caminos de penitencia
Comentario al Evangelio de S. Mateo
Partícipes de la pasión de Cristo
Si somos ovejas, vencemos; si nos convertimos en lobos, somos vencidos
Sal de la tierra y luz del mundo
Al adornar el templo, no desprecies al hermano necesitado
Otros comentarios de la Biblia
Muéstranos, Señor, a cuál has elegido -Sobre los hechos, elección de Matías.
Hemos encontrado al Mesías -Sobre el Evangelio de San Juan
Lo débil de Dios es más fuerte que los hombres sobre I Corintios
En toda esta lucha me siento rebosando de alegría -sobre II Corintios
Sentimos el corazón ensanchado sobre el amor de Dios, II Cor.
Para mi la vida es Cristo, y una ganancia el morir Homilías antes de partir al exilio 1-3
Muéstranos, Señor, a cuál has elegido -Sobre los hechos, elección de Matías.
Hemos encontrado al Mesías -Sobre el Evangelio de San Juan
Lo débil de Dios es más fuerte que los hombres sobre I Corintios
En toda esta lucha me siento rebosando de alegría -sobre II Corintios
Sentimos el corazón ensanchado sobre el amor de Dios, II Cor.
Para mi la vida es Cristo, y una ganancia el morir Homilías antes de partir al exilio 1-3
Nació en Antioquía, de padres cristianos, hacia el año 349. Su madre era un modelo de virtud. Estudió retórica bajo Libanius, el mas famoso orador de su época y en el 374 comenzó una vida de anacoreta en las montañas. En el 386, su mala salud le forzó a regresar a Antioquia. Allí fue ordenado sacerdote. Ejerció, con gran provecho, el ministerio de la predicación.
Santiago Apóstol
25 de Julio, Patrono de España
25 de Julio, Patrono de España
Santiago Apóstol nació en Betsaida; era hijo de
Zebedeo y hermano del apóstol Juan. Estuvo presente en los principales milagros
obrados por el Señor. Fue muerto por el rey Herodes alrededor del año 42. Desde
la antigüedad esta muy difundida la persuasión de que Santiago había predicado
el Evangelio en los confines de Occidente. Después de la invasión mahometana,
el apóstol Santiago aparece venerado como cabeza refulgente de España y patrono
de sus reinos cristianos. Éstos proclaman en los siglos siguientes su gratitud
por la protección del Apóstol en la defensa de la fe y de la independencia de
la patria y por su asistencia en la acción misionera que contribuyó a propagar
la Iglesia por todo el mundo. Su sepulcro en Compostela, a semejanza del
sepulcro vacío del Señor en Jerusalén y de la tumba de san Pedro en Roma,
atrae, hasta nuestros días, a innumerables peregrinos de toda la cristiandad.
Los papas han concedido a su santuario un jubileo frecuente y otras gracias
extraordinarias.
Partícipes de la pasión de Cristo
De las homilías de San Juan Crisóstomo, obispo, sobre el evangelio de san Mateo.
Homilia 65,2-4; PG 58, 619-622
De las homilías de San Juan Crisóstomo, obispo, sobre el evangelio de san Mateo.
Homilia 65,2-4; PG 58, 619-622
Los hijos de Zebedeo apremian a Cristo,
diciéndole: Ordena que se siente uno a tu derecha y
el otro a tu izquierda. ¿Qué les responde el
Señor? Para hacerles ver que lo que piden no tiene nada de espiritual y que, si
hubieran sabido lo que pedían, nunca se hubieran atrevido a hacerlo, les dice: No sabéis lo que pedís, es decir: «No sabéis cuán grande, cuán admirable,
cuán superior a los mismos coros celestiales es esto que pedís». Luego añade: ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber,
o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar? Es como si les dijera: «Vosotros me habláis de
honores y de coronas, pero yo os hablo de luchas y fatigas. Éste no es tiempo
de premios, ni es ahora cuando se ha de manifestar mi gloria; la vida presente
es tiempo de muertes, de guerra y de peligros».
Pero fijémonos cómo la manera de
interrogar del Señor equivale a una exhortación y a un aliciente. No dice:
«¿Podéis soportar la muerte? ¿Sois capaces de derramar vuestra sangre?», sino
que sus palabras son: ¿Sois capaces de beber el cáliz? Y, para animarlos a ello, añade: Que yo he de beber; de este modo, la consideración de que se trata del
mismo cáliz que ha de beber el Señor había de estimularlos a una respuesta más
generosa. Y a su pasión le da el nombre de «bautismo», para significar, con
ello, que sus sufrimientos habían de ser causa de una gran purificación para
todo el mundo. Ellos responden: Lo
somos. El fervor de su espíritu les hace dar
esta respuesta espontánea, sin saber bien lo que prometen, pero con la
esperanza de que de este modo alcanzarán lo que desean.
¿Qué les dice entonces el Señor? El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os
bautizarán con el bautismo con que yo me voy a bautizar. Grandes son los bienes que les anuncia, esto es:
«Seréis dignos del martirio y sufriréis lo mismo que yo, vuestra vida acabará
con una muerte violenta, y así seréis partícipes de mi pasión. Pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no
me toca a mi concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi
Padre». Después que ha levantado sus ánimos y
ha provocado su magnanimidad, después que los ha hecho capaces de superar el
sufrimiento, entonces es cuando corrige su petición.
Los otros diez se indignaron contra los
dos hermanos. Ya véis cuán imperfectos eran todos,
tanto aquellos que pretendían una precedencia sobre los otros diez, como
también los otros diez que envidiaban a sus dos colegas. Pero –como ya dije en
otro lugar– si nos fijamos en su conducta posterior, observamos que están ya
libres de esta clase de aspiraciones. El mismo Juan, uno de los protagonistas
de este episodio, cede siempre el primer lugar a Pedro, tanto en la realización
como en la realización de los milagros, como leemos en los Hechos de los
apóstoles. En cuanto a Santiago, no vivió por mucho tiempo; ya desde el
principio se dejó llevar de su gran vehemencia y, dejando a un lado toda
aspiración humana, obtuvo bien pronto la gloria inefable del martirio.
Oración
Dios todopoderoso y eterno, que
consagraste los primeros trabajos de los apóstoles con la sangre de Santiago,
haz que, por su martirio, sea fortalecida tu Iglesia y, por su patrocinio,
España se mantenga fiel a Cristo hasta el final de los tiempos. Por nuestro
Señor Jesucristo.
Esta página es obra
de Las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María
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