La creencia de la Virgen del Pilar en Zaragoza
José Barros Guede
Mañana día 12 de octubre, los cristianos
católicos españoles celebramos la fiesta de la Virgen María del Pilar en
Zaragoza, patrona de la Guardia Civil, y los patriotas españoles festejamos el
día nacional de la Patria Española, porque es el día de la raza, lengua,
cultura y religión de los Pueblos Hispanoamericanos. En este mismo día,
12 y mes de octubre del año 1492, Cristóbal Colón pisaba, con la
tripulación de sus tres naves, Santa María, la Niña y la Pinta, la tierra
americana en la Isla de Guanahani, hoy, conocida con el nombre de Watling en el
archipiélago de las Lucayas, en nombre de los reyes de España, Isabel de
Castilla y Fernando de Aragón.
Un códice que se conserva en el archivo de
la iglesia metropolitana de Zaragoza dice lo siguiente sobre la virgen María
del Pilar de Zaragoza: “Después de la pasión y resurrección de nuestro señor
Salvador Jesucristo y de su ascensión a los cielos, quedó la piadosísima virgen
María al cuidado del apóstol y virgen san Juan evangelista. Con la predicación
y milagros de los apóstoles crecía en Judea el número de los discípulos, pero
se enfurecieron los pérfidos corazones de algunos judíos en tanto grado, que
movieron una persecución grave contra la Iglesia de Jesucristo. Apedrearon a
san Esteban y quitaron la vida a otros muchos. Esparcidos por todo el mundo
según el mandato de Jesucristo predicaron el Evangelio a todo hombre, cada
apóstol en la porción que le había tocado. Al tiempo de salir de Judea, cada apóstol
recibía y obtenía la licencia y la bendición de la vendita y gloriosa virgen
María”.
“Por
revelación del Espíritu Santo, el bienaventurado apóstol Santiago el Mayor,
hermano de Juan e hijo de Zebedeo, recibió un mandato de Cristo par ir predicar
el Evangelio a las provincias de España. Al punto, el santo apóstol yendo a la
Virgen María y habiéndola besado las manos, le pedía con lágrimas en los ojos
le diese su licencia y bendición. La virgen María le respondió: Ve hijo y
cumple con el mandato de tu Maestro, y por él te ruego que en aquella ciudad de
España, en la que mayor número de hombres conviertas, me edifiques una iglesia
en mi memoria, según te manifestaré”.
“El bienaventurado Santiago salió de
Jerusalén y vino a España predicando, y pasando por Asturias llegó a la ciudad
de Oviedo en donde convirtió uno a la fe. De este manera, entrando en Galicia
predicó en la ciudad de Padrón; de allí volviendo a Castilla, llamada la España
la mayor, vino últimamente a la España la menor, que se llama Aragón, en
aquella región se dice Celtiberia, en donde está situada la ciudad de Zaragoza
a las riberas del río Ebro. En esta ciudad habiendo predicado Santiago muchos
días, convirtió a Jesucristo ocho varones, con los cuales trataba de día del
reino de Dios y de noche salía a la ribera del río para tomar algún descanso en
las eras. En este sitio dormía un rato después de entregarse a la oración,
evitando de este modo ser perturbado por los hombres y molestado por los
gentiles”.
“Pasados algunos días, estaba Santiago con
los dichos fieles, y a eso de la media noche, fatigado por la contemplación y
oración, dormidos los ocho discípulos, el bienaventurado Santiago oyó a la hora
de la media noche unas voces de ángeles que le cantaban: “Ave gratia plena”,
como si comenzasen el oficio de maitines de la Virgen María con un dulce
invitatorio, y poniéndose de rodillas, vio a la Virgen María, Madre de Cristo,
entre dos coros de miles de ángeles, sentada sobre un pilar de mármol. El coro
de la celestial milicia angelical acabó los maitines de la Virgen con el verso
“benedicamus Domino”.
“Acabado esto, María Santísima con rostro halagüeño llamó así al santo apóstol y con mucha dulzura le dijo: He aquí, Santiago, hijo, el lugar señalado y destinado para mi honor, en el cual, por tu industria, se ha de construir una iglesia en mi memoria. Mira bien este pilar en que estoy sentada, el cual, mi Hijo y Maestro tuyo, lo trajo de lo alto por mano de los ángeles, alrededor del cual colocarás el altar de la capilla. En este lugar obrará la virtud del Altísimo portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos que en sus necesidades imploren mi patrocinio, y este pilar permanecerá en este sitio hasta el fin del mundo” Posteado como agregado... Muy interesante para todos los lectores.
Mañana día 12 de octubre, los cristianos
católicos españoles celebramos la fiesta de la Virgen María del Pilar en
Zaragoza, patrona de la Guardia Civil, y los patriotas españoles festejamos el
día nacional de la Patria Española, porque es el día de la raza, lengua,
cultura y religión de los Pueblos Hispanoamericanos. En este mismo día,
12 y mes de octubre del año 1492, Cristóbal Colón pisaba, con la
tripulación de sus tres naves, Santa María, la Niña y la Pinta, la tierra
americana en la Isla de Guanahani, hoy, conocida con el nombre de Watling en el
archipiélago de las Lucayas, en nombre de los reyes de España, Isabel de
Castilla y Fernando de Aragón.
Un códice que se conserva en el archivo de
la iglesia metropolitana de Zaragoza dice lo siguiente sobre la virgen María
del Pilar de Zaragoza: “Después de la pasión y resurrección de nuestro señor
Salvador Jesucristo y de su ascensión a los cielos, quedó la piadosísima virgen
María al cuidado del apóstol y virgen san Juan evangelista. Con la predicación
y milagros de los apóstoles crecía en Judea el número de los discípulos, pero
se enfurecieron los pérfidos corazones de algunos judíos en tanto grado, que
movieron una persecución grave contra la Iglesia de Jesucristo. Apedrearon a
san Esteban y quitaron la vida a otros muchos. Esparcidos por todo el mundo
según el mandato de Jesucristo predicaron el Evangelio a todo hombre, cada
apóstol en la porción que le había tocado. Al tiempo de salir de Judea, cada apóstol
recibía y obtenía la licencia y la bendición de la vendita y gloriosa virgen
María”.
“Por
revelación del Espíritu Santo, el bienaventurado apóstol Santiago el Mayor,
hermano de Juan e hijo de Zebedeo, recibió un mandato de Cristo par ir predicar
el Evangelio a las provincias de España. Al punto, el santo apóstol yendo a la
Virgen María y habiéndola besado las manos, le pedía con lágrimas en los ojos
le diese su licencia y bendición. La virgen María le respondió: Ve hijo y
cumple con el mandato de tu Maestro, y por él te ruego que en aquella ciudad de
España, en la que mayor número de hombres conviertas, me edifiques una iglesia
en mi memoria, según te manifestaré”.
“El bienaventurado Santiago salió de
Jerusalén y vino a España predicando, y pasando por Asturias llegó a la ciudad
de Oviedo en donde convirtió uno a la fe. De este manera, entrando en Galicia
predicó en la ciudad de Padrón; de allí volviendo a Castilla, llamada la España
la mayor, vino últimamente a la España la menor, que se llama Aragón, en
aquella región se dice Celtiberia, en donde está situada la ciudad de Zaragoza
a las riberas del río Ebro. En esta ciudad habiendo predicado Santiago muchos
días, convirtió a Jesucristo ocho varones, con los cuales trataba de día del
reino de Dios y de noche salía a la ribera del río para tomar algún descanso en
las eras. En este sitio dormía un rato después de entregarse a la oración,
evitando de este modo ser perturbado por los hombres y molestado por los
gentiles”.
“Pasados algunos días, estaba Santiago con
los dichos fieles, y a eso de la media noche, fatigado por la contemplación y
oración, dormidos los ocho discípulos, el bienaventurado Santiago oyó a la hora
de la media noche unas voces de ángeles que le cantaban: “Ave gratia plena”,
como si comenzasen el oficio de maitines de la Virgen María con un dulce
invitatorio, y poniéndose de rodillas, vio a la Virgen María, Madre de Cristo,
entre dos coros de miles de ángeles, sentada sobre un pilar de mármol. El coro
de la celestial milicia angelical acabó los maitines de la Virgen con el verso
“benedicamus Domino”.
“Acabado esto, María Santísima con rostro
halagüeño llamó así al santo apóstol y con mucha dulzura le dijo: He aquí,
Santiago, hijo, el lugar señalado y destinado para mi honor, en el cual, por tu
industria, se ha de construir una iglesia en mi memoria. Mira bien este pilar
en que estoy sentada, el cual, mi Hijo y Maestro tuyo, lo trajo de lo alto por
mano de los ángeles, alrededor del cual colocarás el altar de la capilla. En
este lugar obrará la virtud del Altísimo portentos y maravillas por mi
intercesión con aquellos que en sus necesidades imploren mi patrocinio, y este
pilar permanecerá en este sitio hasta el fin del mundo”.
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