Thursday, October 6, 2016

Revision Sobre El Mesias Oculto - Dra. Julia Blum


Revisión sobre el mesías oculto
¡Shalom amigos!
REVISIÓN SOBRE EL MESÍAS OCULTO
In Blog @es by Julia Blum [La Dra. Blum es colaboradora en el blog del Dr. Lizorkin-Eyzenberg]
Antes de trasladarnos al tema final de la serie El Mesías Oculto, hagamos un repaso y resumamos las ideas que hasta aquí hemos comentado con el fin de seguir la lógica de este estudio. En la serie de artículos que he presentado aquí, primero vimos el Secreto Mesiánico del Nuevo Testamento, en contraste con el Trasfondo Judío; luego seguimos con la idea del Mesías oculto y revelado a través de Lucas y Los Hechos; finalmente, aprendimos la inmensa lección que se encuentra en el capítulo de la transición en el Evangelio de Lucas (Lucas 24) desgranando las llaves más importantes.
Nuestro primer post –Como si escondiese su rostro de nosotros– define el Secreto Mesiánico: el hecho de que en los Evangelios, Yeshua es frecuentemente representado como buscando mantener el secreto sobre su persona y trabajo durante su ministerio (algunas veces incluso rehusando utilizar abiertamente el título de ‘Mesías’). El mesianismo de Yeshua es algo que el autor y los lectores conocen, pero los participantes originales del Evangelio no lo sabían. Empezamos nuestro estudio mirando este característico rompecabezas del Evangelio en contraposición al trasfondo judío y buscando una explicación de este dilema del Nuevo Testamento según el pensamiento judío de aquel tiempo.
Es por eso que en los siguientes dos post –El Salvador Trascendental del Cielo y El Irreconocible Mesías– mostramos que en referencia a la venida del Mesías como oculto y revelado podría ser considerado como representativo del judaísmo del primer siglo (D.C). Para poder comprobar esta afirmación, examinamos la evidencia desde diferentes fuentes y manifestaciones del judaísmo. Vimos algo muy intrigante en estos textos: que en el Libro de Enoc, escrito aproximadamente en el primer siglo A.C, el Mesías está oculto en los cielos, pero luego en la literatura rabínica que inicia en el 1D.C, vemos ya al Mesías oculto e irreconocible en la tierra. Entendemos, por lo tanto, que el tema del Mesías oculto en el cielo y luego descendiendo a la tierra, era una parte del judaísmo inter-testamental. Es en este punto que regresamos al Nuevo Testamento.
Nuestros dos posts siguientes fueron llamados: El Mesías oculto y revelado en Lucas y Los Hechos (1 y 2). Aquí, en los escritos del Nuevo Testamento podríamos ver una directa reflexión sobre el mismo tema que se había reflejado tenuemente en textos previos: El Mesías descendiendo del cielo a la tierra (¿alguien recuerda el canto “Viniste del Cielo a la Tierra” ?) –pero aún y así se mantiene oculto hasta que llegue el tiempo señalado–.  Los dos volúmenes de Lucas nos brindan una oportunidad única para seguir el desarrollo de este tema del Mesías –‘antes’ y ‘después’– oculto en el cielo desde el principio, viene a la Tierra, pero sigue oculto hasta que llegue el momento señalado, y entonces, después del tiempo señalado, Él es revelado. El mismo autor, mientras escribía sobre la vida terrenal de Jesús, consistentemente le retrata ocultando su identidad mesiánica, mientras que en Los Hechos proclama su mesianismo en voz alta y públicamente. Para poder explicar este súbito cambio, precisamos sugerir dos cosas: primero, que algún acontecimiento crucial sucedió entre estas dos piezas, y segundo, que por alguna razón, después de este evento, el mesianismo fue revelado. Todos sabemos la respuesta obvia de la primera parte: el evento crucial que sucedió entre la parte principal del Evangelio y de Los Hechos, fue la crucifixión y resurrección de Jesús. Entonces, aquí nos hacemos la siguiente pregunta: ¿por qué? ¿Por qué Su muerte y resurrección marcó una frontera tan clara, una línea tan obvia de demarcación entre el “antes” y “después”? ¿Por qué Jesús tenía que permanecer como el Mesías oculto durante su vida terrenal, y solo ser revelado después de su resurrección?
Para poder descifrar este misterio, necesitamos las llaves. En este punto, regresamos a la historia  de los dos discípulos en el camino de Emaús e introducimos las llaves de este capítulo de transición (Lucas 24) –las llaves cruciales para entender esta historia  del Mesías oculto y revelado–.
Llave número uno: Ojos velados: Solo el mismo Dios puede velar y abrir los ojos espirituales. Fue Su decisión y tan solo Suya, en los dos casos de los discípulos en el camino de Emaús, cuyos ojos Él abrió para que al final pudieran reconocerle y en aquellos casos donde los ojos de la gente fueron velados para que no le reconociesen.
Llave número dos: Hacer visible lo latente: Hasta que el revelador no hace su función, la imagen permanece invisible, y es cosa del Espíritu de Dios el “revelar” las escrituras; es cosa de Dios volver a explicar la historia, es tarea de Dios hacer visible la imagen latente.

Llave número tres: Como si…:
El Señor no puede revelar Su amor hasta que Su plan sea completado. De aquí que, a menudo, muchas veces Dios actúa como si. Sin embargo siempre es nuestra decisión si confiamos en nuestra vista o en nuestro corazón.
Llave número cuatro: Bendiciendo el pan: Yeshua es reconocido mientras partía el pan y esto vino a ser la señal de ambos, Su dignidad como Mesías y Su sufrimiento. El Mesías tenía que sufrir la muerte y levantarse otra vez –solo entonces llegaría el momento señalado para que Su Mesianismo fuese revelado–.
Llave número cinco: Y sus ojos se abrieron: Esta es la culminación, no solo de la historia completa sobre los discípulos, sino también sobre todo el Evangelio. La sorprendente simetría entre la frase: sus ojos fueron abiertos en Lucas 24 en contraste con sus ojos fueron abiertos en Génesis 3, nos ayuda a entender el cambio crucial en el estatus del Universo cuando Yeshua fue reconocido como Mesías.
Así pues, en el trabajo de sus dos volúmenes, Lucas nos ilumina para un cambio global mayor que ocurrió entre el Evangelio y Los Hechos, después de la muerte y resurrección de Yeshua.
La historia de Emaús proporciona una excelente transición desde el primero hasta el segundo volumen de los escritos de Lucas –de una era a otra– del Mesías visible, pero oculto (no revelado y no reconocido), al Mesías revelado (reconocible) pero invisible. Durante Su vida terrenal, Él estuvo oculto, y solo después de Su resurrección, Su mesianismo llegó, no solo conocido por sus discípulos, sino proclamado abiertamente a todos desde las azoteas. Y esto significa, ante todo, que aunque Él estuvo visible mientras anduvo por la Tierra de Israel, Él estuvo oculto para sus conciudadanos porque sus ojos estuvieron velados. Estuvieron velados solo mediante la soberanía de Dios, porque nadie más podía restringir su vista. Así pues, llegamos a nuestra pregunta final en este estudio: ¿Por qué Yeshua estuvo oculto para Israel?
 Con cariño,
Noel y Silvia
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