Behar (Levítico 25:1-26:2)
Queridos hermanos,
Comparto con
ustedes este precioso artículo sobre shemitá
– el articulo viene de: http://www.aishlatino.com/tp/s/sabiduria-para-la-vida/El-unico-autor-posible.html - estas lecciones indudablemente vienen del Todopoderoso… Shalom! - [nro – introducción]
“Pero esto hace que surja una
pregunta: siendo que todas las mitzvot de la Torá fueron enseñadas en Sinaí,
¿por qué la Torá nos enseña esto específicamente a través de la mitzvá de shemitá, pudiendo haber elegido
cualquier otra mitzvá?”
El único autor posible
“Hashem le habló a Moshé en el Monte Sinaí, para
decir: Habla a los hijos de Israel y diles: cuando entren a la tierra que Yo
les doy, la tierra guardará un año sabático de descanso para Hashem. Durante
seis años sembrarás tu campo y durante seis años podarás tu viña, y recogerás
tu cosecha. Pero en el séptimo año habrá un cese total para la tierra, un
Shabat para Hashem” (Vaikrá 25:1-4).
Al
transmitir la mitzvá de shemitá, el ‘año sabático’, ¿por qué señala la
Torá que Dios habló en el Monte Sinaí?
Rashi
responde que la Torá señala que, así como las leyes del año sabático fueron
enseñadas en Sinaí, el resto de las leyes de la Torá, y también todos sus
detalles, fueron enseñados en Sinaí.
Pero esto
hace que surja una pregunta: siendo que todas las mitzvot de la Torá fueron
enseñadas en Sinaí, ¿por qué la Torá nos enseña esto específicamente a través
de la mitzvá de shemitá, pudiendo haber elegido cualquier otra mitzvá?
La
respuesta es que se eligió shemitá porque es la única mitzvá que les
demuestra a todas las generaciones futuras que la Torá fue entregada por Hashem
en el Monte Sinaí; esta mitzvá demuestra que el autor de la Torá sólo puede ser
Dios, y no un ser humano.
¿Incluirías esta mitzvá?
Examinemos
cómo shemitá demuestra esta idea.
Imaginemos,
por un momento, que un grupo de personas se hubiera reunido para escribir la
Torá. Imaginemos ahora que nosotros somos parte del comité. Dado que nuestro
objetivo es convencer a la mayor cantidad posible de personas para que acepten
nuestro libro, vamos a perpetrar una farsa y a transmitir nuestra religión como
si hubiese sido entregada por Dios, que supuestamente se le apareció al pueblo judío
en Sinaí y le dio la Torá.
Vamos a
comenzar desde cero y vamos a incluir muchos mandamientos. Entonces, ¿cuál
sería una buena ley para incluir en nuestra Torá? ¿Qué te parece ‘no robarás’?
Este mandamiento es necesario para una sociedad funcional. Incluyámosla.
¿’No
asesinarás’? Bueno, pondremos eso también.
¿’Shabat’?
¿Un día de descanso y renovación? Suena bien.
Ahora, te
propongo la siguiente ley: cada siete años, todo el pueblo judío debe dejar de
trabajar el campo. No podrán plantar, arar ni cosechar, durante todo un año,
cada siete años.
¿Crees
que es una buena ley para poner en la Torá?
¡Claro!
La rotación de la cosecha es una importante técnica agrícola. Dejar la tierra
sin cultivar ayuda a recuperar los nutrientes, y la tierra producirá mejores
cosechas que si el suelo hubiese sido utilizado sin descanso año tras año. Y el
respiro le dará a la nación la oportunidad para pasar más tiempo enfocada en el
estudio de Torá.
Pero hay
un problema. Recuerda, somos una sociedad agrícola y vivimos de lo que
plantamos y cosechamos. Si no plantamos durante todo un año, ¡no tendremos nada
para comer! ¿Cómo puede estudiar la gente si, literalmente, se está muriendo de
hambre? No es un problema menor.
Hay un
par de soluciones obvias. Podemos guardar un sexto de la cosecha durante cada
uno de los seis años, y luego comer de la reserva durante el año sabático.
Alternativamente, podemos dividir al país en siete regiones, y en cada año los
habitantes de una región diferente dejarán descansar sus campos, tomando prestada
comida de las otras regiones. Simple.
De
repente, alguien en el comité eleva la voz con una solución diferente y más
radical. “Olvida dividir la tierra o almacenar granos, tengo una idea mucho
mejor. ¡Escribamos en la Torá que Dios promete darle al pueblo una cosecha
triple en el sexto año!”.
El comité
hace erupción. “¡Eso es absurdo! Obviamente, no podemos garantizar que el sexto
año habrá milagrosamente el triple de cosecha. No tenemos control sobre la
naturaleza. Si incluimos esta ridícula garantía, nuestra religión está
condenada al fracaso. Nuestro objetivo es que la gente crea que este libro fue
escrito por Dios. Si prometemos algo que no podemos cumplir, ¡se darán cuenta
de que somos impostores!”.
“Si
incluimos esta idea de la triple cosecha”, dice otro miembro del comité,
“¿cuánto tiempo crees que durará esta religión? ¡Exactamente seis años! Cuando
la triple cosecha no llegue, nos quedaremos solos. Todos verán que nuestra
religión es un fiasco”.
Sin
dudas, nuestro comité imaginario descartaría la ridícula idea de la triple
cosecha y elegiría una de las soluciones más lógicas. Sería 100%
contraproducente incluir promesas milagrosas que sabes que no puedes cumplir, y
eso socavaría todo el proyecto de perpetuar el engaño de que esta Torá fue
escrita por Dios.
Promesas, promesas
Sin
embargo, eso es exactamente lo que la Torá garantiza:
“Pero en el séptimo año habrá un cese total para la
tierra… no sembrarás tu campo ni podarás tu viña. Lo que brote por sí solo no
segarás de tu siega, y las uvas que apartaste no vendimiarás; un año de cese
será para la tierra…”
“Y si dijeran: ‘¿qué comeremos en el séptimo
año?!No sembraremos ni guardaremos nuestra cosecha!’. Yo mandaré Mi bendición
para ustedes en el sexto año y producirá una cosecha para tres años” (Vaikrá
25:4-5, 20-21).
La
solución de la Torá para procurar comida para el año de shemitá no es ni
dividir la tierra ni almacenar granos. La Torá hace la increíble promesa de que
el sexto año producirá suficientes granos para tres años.
La Torá
podría haber redactado esta promesa con una excusa incluida. Podría haber
dicho: “Respeta las leyes de shemitá en el séptimo año. Va a ser un año
difícil, todos pasarán hambre. Pero, como gran recompensa, recibirás una
cosecha triple en el octavo año”. Eso hubiera sido inteligente, porque si la
cosecha aliviadora no llegaba, la excusa podría haber sido: “Bueno, algunas
personas hicieron trampa en el séptimo año. Por lo tanto, Dios nos castigó y no
nos dio la triple cosecha”.
Pero
nuestro autor promete una triple cosecha en el sexto año, antes incluso
de que observemos las leyes de shemitá. Si no hubiera una cosecha
aliviadora, no habría ninguna excusa.
¿Quién
pudo haber escrito esto y hacer semejante promesa? Hay sólo un Autor que puede
garantizar una milagrosa triple cosecha e incluir esta promesa en su Torá con
absoluta seguridad, y ese Autor es Dios, Quien controla la naturaleza.
Con mucho
cariño,
Noel y Silvia
Desde Altos de
Ticomo
Km. 9.5 Carretera
Sur
Managua, Nicaragua
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